Bogotá, septiembre 28 de 1979
Compañeros delegados al III Foro del FUP:
Lo más indignante de la situación nacional consiste en que por encima de las villanías que a diario comete la oligarquía contra el pueblo, ésta se jacta de democrática y protectora de los derechos de los oprimidos. La represión que con tanta saña han impuesto los verdugos del régimen está dirigida a sostener los negociados de los monopolios extranjeros y colombianos que se enriquecen por cuenta del sudor y la sangre de los trabajadores. Existe identidad económica, política y jurídica entre gobierno, ejército y altas directivas de los partidos tradicionales. Pero ninguno de ellos puede ser eximido de responsabilidad de cuanto viene sucediendo en el país. El Presidente es el jefe de las Fuerzas Armadas y en su condición de tal firmó el estado de sitio, el Estatuto de Seguridad y los otros decretos represivos. Todos son cómplices de los desastres sociales y de las torturas y demás atropellos conocidos. Los directivos de la coalición bipartidista apoyan el juego del gobierno.
Las circunstancias históricas son demasiado graves para que se permitan desconocerla a titulo de elegante despreocupación quienes ya son ciudadanos. Todo patriota verdadero está en obligación de luchar para derribar algo que está podrido desde sus bases. Esto no es el problema de una sola clase, es el problema de todo un pueblo contra la pandilla acampada en el Poder, que no pasa del cinco por ciento de la población colombiana, pero que tiene las armas y el dinero de las mafias, los recursos del peculado, el serrucho y la cocaína. La revolución nacional y democrática ya no es solo una simple aspiración, sino una necesidad vital para los estamentos populares salvarse y salvar a Colombia.
La obligación de todo revolucionario es ofrecer lo que pueda dar; ni le pedimos más, ni le recibimos menos. No estoy en posibilidades de entregar mucho pero lo que pueda aportar lo aporto y lo aportaré. Inclusive, aunque parezca exagerado, hasta la última gota de sangre que corre por mis venas. Los hechos lo dirán.