«HERALDO, GERMEN DE LA NUEVA COLOMBIA»

(Apartes del discurso de Orlando Patiño, dirigente del MOIR, en la Plaza de La Pola en Ipiales, el 8 de septiembre)

Fueron las acciones de Heraldo, su batallar continuo, lo que le llevó al puesto que ocupara. Fue duro e insistente en la batalla, persistente en la organización del partido, intransigente con la reacción, amigo y fraternal con sus compañeros. No se nos fue nuestro camarada sino nuestro amigo fraterno, y ahora, en el penumbroso sitio de la muerte, está dirigiendo la marcha. Conocimos su enérgico trabajo, ya que no había lugar en donde él no estuviera impartiendo su consejo ineludible. Por eso, Heraldo, nuestras mentes no se resignan a creer lo sucedido. Pero este acto es la mejor demostración de la semilla que tú regaste; aquí están los combatientes que tú tantas veces dirigiste. Aquí está este pueblo respondiéndote como hizo siempre; está la expresión de su gratitud y su admiración, de su amor y de su respeto.

“Heraldo no dio paz al enemigo, no se dio tregua en el trabajo cotidiano. Por eso te digo, Heraldo, que en todos los sitios donde tú diste un paso nacerá una semilla que el MOIR sabrá cultivar, y algún día, más temprano que tarde, en cada mojón de tu recuerdo, clavaremos la estrella roja con la bandera solitaria de nuestro Partido. Porque somos enamorados de este pueblo, de este territorio, como tú lo fuiste; porque creemos, como tú, que este pueblo nunca ha tenido la mente adormilada, que este pueblo se inflama cuando piensa en la libertad”.

“Heraldo era un hombre destinado a cultivar el germen de la nueva Colombia”.