La resistencia afgana: FECUNDA GIRA POR EL SUELO COLOMBIANO

Entre el 9 y el 17 de diciembre de 1984 resonó en todos los ámbitos del país la consigna ¡Fuera rusos de Afganistán!, coreada por miles de colombianos en múltiples actos de masas, estampada en afiches e impulsada por la militancia moirista durante la Semana Nacional de Solidaridad con la Lucha del Pueblo Afgano, al cumplirse el quinto aniversario de la invasión rusa del 27 de diciembre de 1979. Importantes líderes afganos, invitados por el MOIR, estuvieron presentes en la jornada internacionalista: encabezó la delegación el presidente del Frente Unido Nacional de Afganistán, Abdul Gayum, y lo acompañaron Mohammad Hachem Zamani, poeta y guerrillero, y Calid Durán, director de la Universidad Islámica de Hamburgo. La presencia de los camaradas afganos contó, asimismo, con el apoyo de Angelo Pitoni, del comité de ayuda a la resistencia afgana en Italia.

Los dirigentes del heroico pueblo afgano recibieron manifestaciones de apoyo en. Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, y se entrevistaron con destacadas personalidades de la política colombiana, del gobierno y de la iglesia. Posteriormente viajaron a Chile y Argentina, donde pudieron apreciar y sentir la solidaridad de los pueblos hermanos.

Intensa actividad
Desde antes de la llegada de los afganos, el Comité de la Solidaridad conformado para tal efecto, y encabezado por el dirigente del MOIR Enrique Daza Gamba, organizó múltiples actos y desplegó una amplia propaganda; más de trescientos intelectuales, dirigentes políticos, artistas, periodistas, representantes de los gremios y líderes sindicales firmaron una declaración en la que se denuncia la agresión soviética y las tropelías del ejército invasor, se brinda apoyo a combatientes resistencia afgana y se afirma: «condenamos enérgicamente la invasión soviética», y «exigimos el retiro inmediato de las fuerzas ocupacionistas de la Unión Soviética y el respeto a la autodeterminación nacional, la integridad territorial y el status no alineado y neutral de Afganistán, de modo que su pueblo pueda decidir su propio destino sin interferencias foráneas».

Simultáneamente, por toda Colombia fueron exhibidas filmaciones testimoniales de la difícil y esforzada lucha que los afganos libran por su causa nacional, y se organizó la venta de afiches en casetas callejeras, con gran acogida por parte de numerosos sectores populares.

Desde el momento mismo de su arribo, el domingo 9 de diciembre a las 8 de la mañana, los representantes del pueblo afgano recibieron calurosa bienvenida. En el aeropuerto de Bogotá los esperaban cuatrocientas personas, encabezadas por los miembros del Comité Ejecutivo Central del MOIR, Marcelo Torres, Héctor Valencia, Carlos Valverde, Oscar Parra y Enrique Daza. Ese mismo día asistieron a un acto cultural en el Parque de Santander.

Durante las jornadas siguientes, los camaradas Gayum, Zamani y Durán atendieron una rueda de prensa en el Círculo de Periodistas de Bogotá, y se entrevistaron con dirigentes obreros de la CTC, UTC, CGT y el Consejo Nacional Sindical, así como con numerosas personalidades, tales como Hugo Escobar Sierra, la viceministra de Relaciones Exteriores, Laura Ochoa de Ardila, Hernando Santos Castillo, Carlos Lleras Restrepo, Alfonso López Michelsen, Gabriel Melo Guevara, Augusto Espinosa Valderrama y el padre Melguízo, secretario general del episcopado colombiano. En cada uno de estos encuentros, recibieron expresiones de solidaridad y el compromiso de una mayor difusión de su justa causa en los principales medios de comunicación.

Conferencia y recital
De especial importancia fueron los actos cumplidos el 11 de diciembre, cuando Abdul Gayum dictó fina conferencia en el Centro de Estudios Colombianos, que dirige Alberto Dangond Uribe, conferencia que fue atendida por más de doscientos profesionales, y, simultáneamente, Mohammad Hachem Zamaní efectuó un recital poético en El Portón de los Libros de la Biblioteca Luis Ángel Arango. Zamani leyó poemas de su libro «El oso polar», vibrante testimonio de la revolución afgana, que fueron traducidos y leídos por integrantes del Teatro Libre de Bogotá; lo presentaron ante el numeroso auditorio Germán Arciniegas y el poeta Darío Jaramillo Agudelo.

Fraternal solidaridad
El miércoles 12 de diciembre, el MOIR realizó un homenaje a la resistencia afgana en la sede del Teatro Libre de Bogotá. Los visitantes presenciaron allí la ejecución de danzas folklóricas colombianas, y recibieron presentes típicos de nuestro país. Posteriormente llevaron la palabra el secretario general del MOIR, Francisco Mosquera, cuyo discurso resaltó el heroísmo de Afganistán, y Abdul Qayum, quien, emocionadamente, inició su intervención diciendo: «Con este enorme apoyo del pueblo colombiano, la revolución en Afganistán y la revolución mundial no serán derrotadas jamás». Relató el camarada Qayum cómo los soviéticos prepararon la invasión a su país con veinte años de anticipación, y relacionó este hecho con la política expansionista de la URSS en el mundo entero, mencionando en particular las agresiones del socialimperialismo en Angola, Yemen del Sur, el Cuerno de África, Eritrea y América Latina. Recordó también que a pesar de las dificultades y penurias en medio de las cuales la resistencia enfrenta a los soviéticos, el pueblo afgano tiene una larga experiencia en la defensa de su soberanía, como que fue el primero que se opuso al colonialismo británico en el siglo XIX, y destacó que en la actual guerra de liberación, sólo un puñado de renegados apoya a los 150.000 soldados invasores del Kremlin.

Más adelante denunció que los soviéticos han causado entre el pueblo afgano más de un millón de muertos, cifra verdaderamente aterradora, y han forzado a abandonar el país a más de cuatro millones de habitantes, lo que constituye la más grande población de refugiados en el mundo. Agregó que aparte de sus sofisticados tanques y helicópteros artillados, los socialimperialistas utilizan armas químicas, destruyen la economía y la cultura, arrasan aldeas y pueblos.

Al agradecer la solidaridad colombiana, advirtió: _Por supuesto que tanto aquí como en Europa hay quienes piensan que la URSS no es un país imperialista, pero esto lo prueban numerosos ejemplos: el levantamiento de los trabajadores polacos demostró que en Europa Oriental existen también pueblos oprimidos por el imperio soviético. En Eritrea quedó claro que estos imperialistas que se presentan como «socialistas» quitan con una mano lo que dan con la otra. El socialimperialismo se ha convertido en el gendarme del orbe. En Afganistán, un día recibieron como su gran amigo a Taraki, lo llevaron a Moscú, lo homenajearon, y al día siguiente, en Kabul, lo asesinaron para reemplazarlo con Karmal. Tal es la lógica de los imperialistas_.
Informó Qayum que la resistencia controla, a pesar de las dificultades, el ochenta por ciento del territorio, y que realiza ataques también en las ciudades y hasta en los propios cuarteles de los invasores. La conciencia nacional, prosiguió, ha contribuido a unificar al pueblo a pesar de la heterogeneidad política, racial y religiosa. Finalmente agradeció la solidaridad internacional, y afirmó al despedirse: «Sólo tenemos nuestra sangre para dar por la independencia y la libertad de nuestro país. Prometemos que nos mantendremos firmes junto a nuestro pueblo hasta la victoria final».

Por otras ciudades y países
La gira de los camaradas afganos fue acompañada por los dirigentes moiristas Marcelo Torres, Carlos Valverde y Enrique Daza. En Cali, el 13 de diciembre, recibieron un cordial homenaje en el Hotel Petecuy, al cual asistieron relevantes personalidades del Valle del Cauca; el dirigente político Alfredo Carvajal Sinisterra reafirmó la solidaridad de todos los estratos colombianos con la resistencia en Afganistán. Al día siguiente viajaron a Medellín, donde se celebró un acto en el recinto de la Asamblea Departamental. Algunos intentos de sabotaje, llevados a cabo por los mamertos, fueron repudiados por la nutrida asistencia, que los desalojó de inmediato. Posteriormente en Barranquilla, en la sede de la Asamblea del Atlántico, culminó con todo éxito la gira nacional.

A su paso por Bogotá, de regreso del viaje que efectuaron a finales de diciembre y comienzos de enero de este año, los camaradas Qayum, Zamani y Durán relataron que también allí fueron calurosamente acogidos. En Chile hubo un gran despliegue de la prensa a favor del pueblo afgano y en Argentina asistieron a concurridas concentraciones, y se entrevistaron con dirigentes del Partido Comunista Revolucionario Argentino, con las madres de la Plaza de Mayo y con el escritor Ernesto Sábato. Concedieron igualmente un extenso reportaje para la revista mexicana’ «Proceso».

En el Capitolio
Los líderes de la resistencia afgana recibieron respaldo de numerosos parlamentarios colombianos. El senador Hugo Escobar Sierra presentó en el Congreso una declaración que fue firmada por más de ochenta de sus colegas, así como por varios representantes, y asistió al acto de cierre de la jornada de solidaridad efectuado en el salón Boyacá del Capitolio, el lunes 17 de diciembre.

Durante este homenaje, el camarada Marcelo Torres pronunció un discurso a nombre del MOIR, en uno de cuyos apartes expresó: «No contaban los invasores soviéticos con que la nación afgana, cinco veces milenaria, situada en la encrucijada de las rutas que unían el Oriente civilizador con el Occidente bárbaro de la antigüedad, conocidas como por las errabundas caravanas que la cruzaron incontables veces en plan de comercio o de conquista, fue y sigue siendo a pesar de la influencia de los cien pueblos que la transitaron, uno de los países con más acendrada identidad nacional de que tenga noticia la historia. La pasión de los afganos es su libertad; siempre que un poder extranjero se ha interpuesto entre ellos y el sol que los alumbra de día y las estrellas que titilan en su firmamento nocturno, se han levantado en rebelión, han despejado su cielo de sombras y los agresores han sido expulsados de su territorio».

El senador Escobar Sierra, por su parte, manifestó: «Los afganos nos están diciendo en este instante que hay que luchar vigorosamente, en forma suprema, contra el expansionismo soviético». Acerca de la catadura del imperio del Kremlin, dijo: «Resulta inconcebible que quien sojuzga a los pueblos en actitud sanguinaria y cruel, con una arrogancia imperialista realmente desproporcionada, y asalta un pueblo humilde de pastores y agricultores con los más sofisticados y modernos armamentos, y lo hace como nación prepotente, se llame a sí misma una nación socialista». Contra ese socialismo «desnaturalizado y pervertido», Escobar Sierra ofreció su solidaridad incondicional.

Abdul Qayum agradeció posteriormente este homenaje, y en su intervención destacó que «La verdadera solidaridad no puede significar limitaciones o imposiciones. En estos cinco años de agresión, la comunidad internacional nos ha brindado simpatía y apoyo en varios aspectos, y se han conformado comités en todo el mundo. Pero hay mucho por hacer. Los gobiernos pueden contribuir de manera oficial, establecer relaciones diplomáticas con la resistencia afgana y suspenderlas con el régimen títere de Kabul, expulsar a los representantes de éste de los foros internacionales y darnos asistencia militar, económica y moral».

Luego de que Qayum expresara su confianza en la victoria, Mohammad Hasham Zamani leyó un poema al pueblo colombiano, en el cual decía:

Oh, amigos de Colombia, amantes de la libertad,
Escuchad:
En mi país el horizonte está en llamas. (…)
Pero escuchad también:
Los afganos no tenemos miedo ni de los tanques ni de los aviones. (…)
Los soviéticos serán derrotados.
Entre tanto, hermanos colombianos,
Los saludo desde el fondo de mi corazón.