Las autoridades civiles, militares y policivas de varios departamentos han continuado en forma cada vez más intensa su persecución contra la militancia del MOIR, con el objeto de sabotear la campaña electoral de nuestro Partido y el FUP.
Los agentes del lopismo han recurrido a las detenciones, condenas, allanamientos y destierros de numerosos dirigentes de diversos municipios. Ha sido también de común ocurrencia la prohibición de vender nuestro periódico, por parte de las autoridades locales. Veamos algunos de estos casos en los que el régimen intenta vanamente apartarnos de las masas populares.
En Antioquia, además de los detenidos de Amagá, que registramos en la primera página de esta edición, en Turbo fue encarcelado el dirigente moirista y asesor del Frente Sindical Autónomo de Antioquia, Álvaro Bedoya. En el Bagre fue detenido el concejal del MOIR en Zaragoza, Gustavo Saldarriaga, el 28 de octubre. Por otra parte, José López, de Yolombó; Albeiro Franco de Segovia, y Apolinar Tamayo, de Yarumal, han sido conminados por alcaldes y oficiales del ejército a abandonar esos municipios.
En San Pablo, Bolívar, fue detenido el 12 de octubre el compañero Jaime Salazar. En Magangué, fueron arbitrariamente arrestados los militantes del MOIR Mercedes Páez Guerrero, Nidia Dávila y Ernesto Acuña y sometidos a numerosas vejaciones.
En Duitama, cumplen condenas de seis meses de prisión, impuestas a mediados de septiembre, Octavio Bermúdez y Lino Granados.
En Manizales, permanecieron detenidos varias semanas Ramón López Gómez y Diego Galvis.
En Garzón, Huila, fue apresado «preventivamente» el 19 de octubre, el dirigente del MOIR Luis González Gómez.
El 8 de octubre, en Mercaderes, Cauca, el ejército arrestó a los moiristas Hernán Rodríguez, Demetrio Galíndez, Libardo Romero, Francisco Ramos, Jerónimo Mutis y Rufo López.