TUMACO: OTRA INSUBORDINACIÓN POPULAR

El país entero fue sorprendido con la noticia de que el 10 de junio a las siete de la mañana, cientos de personas se habían hecho dueñas del aeropuerto “Florida” de Tumaco e impidieron el decolaje de un avro-jet de Satena. Eran los trabajadores de Maderas y Chapas de Nariño – Madenar – de propiedad de Oliverio Phillips Michelsen, primo de El Ejecutivo, quienes iniciaron una huelga exigiendo el pago de cuatro meses de sueldo y prestaciones atrasadas.

Los obreros entachuelaron la pista, movilizaron una motoniveladora y una pala mecánica desde la empresa y les desinflaron las llantas para reforzar el bloqueo. Sin embargo, las autoridades no se atrevieron a desalojar y durante los dos días siguientes se hicieron presentes el sindicato de Aserríos Iberia, también en conflicto y los maestros, los trabajadores de la Electrificadora y los obreros portuarios, quienes interrumpieron sus labores en solidaridad con los huelguistas.

Varios comerciantes, llevando drogas y alimentos, llegaron hasta los bohíos rudimentarios levantados en plena pista para brindar su apoyo. Frente al inmovilizado avión de Satena, los artistas del Teatro Libre de Bogotá presentaron “Los inquilinos de la ira”. La función enardeció el ánimo de los insubordinados.

El lunes 13 de junio se llevó a cabo un cese total de las actividades de Tumaco en apoyo a los obreros de Madenar y en protesta por los acuciantes problemas que sufre la ciudad. Una abigarrada manifestación, de obreros y estudiantes, se tomó las calles del puerto. Cuando los vehículos militares trataron de franquear el puente que conduce al aeropuerto para desalojar a los rebeldes, fueron recibidos a piedra por la población que, amotinada, los acorraló y los obligó a huir.

Los huelguistas consiguieron un resonante triunfo y lograron que les fuera cancelada la casi totalidad de los salarios y prestaciones.