(Extractos)
José Jaramillo Giraldo:
Señor candidato presidencial del pueblo, Jaime Piedrahita Cardona; ¿juráis mantener el ritmo más duro de batalla en este debate, continuando después de 1978? Si así fuere, la democracia y el pueblo os lo premien; si no, ella y él os lo demanden.
¿Juráis vosotros defender en todas las plazas de Colombia, en vuestras casas, en todos los rincones del país, el programa del Frente Unido, del Frente de la Unidad del Pueblo Colombiano? ¿Juráis defender la candidatura presidencial de Jaime Piedrahita Cardona?
Ya lo fundamental se ha dicho. Ya todo lo esencial se ha manifestado. Estos pocos minutos son apenas una proclama final para llevar a las veredas, a los corregimientos, a los municipios lejanos el alimento espiritual de una nueva situación que acaba de nacer y que será muy grande.
Nosotros tenemos un programa para todas las edades de la vida, inclusive la niñez, porque el Frente por la Unidad del Pueblo no es de ninguna manera un programa electoral, sino un organismo revolucionario. Nosotros no solo estamos empeñados en la batalla de 1978. Nosotros estamos empeñados en salvar una patria grande y rica, escarnecida y saqueada por el imperialismo norteamericano y por la oligarquía liberal-conservadora.
Defendemos a toda Colombia porque toda Colombia merece la defensa. Somos los primeros productores de café suave, pero la bonanza no está llegando a los caficultores de cinco fanegadas. Somos de los primeros productores de esmeraldas en el mundo, pero han despedido, después de haber asesinado a por lo menos tres mil hombres en la región minera, a 54.0000 guaqueros, porque los que realmente están sacando el contrabando de esmeraldas no son requisados en las aduanas nacionales ni en las aduanas internacionales.
Somos productores de platino y de oro, somos buenos productores de petróleo, aunque digan que no, el cual exportamos durante muchos años, así como la Tropical Oil Company sacó muchos millones de barriles de muchos municipios colombianos.
Somos un país inmensamente rico, y por eso nosotros, porque somos ricos, porque somos el único país en Sudamérica que tiene costas en dos mares, es por lo que tenemos esa misión inmensa, es por eso que no renunciamos a la lucha. Por Colombia nos vamos a hacer matar en esta batalla.
Nosotros estamos luchando por todos los colombianos, estamos luchando por el campesino que se persigna antes de comer la arepa de maíz importado, cuando ya lo producíamos antes de venir Cristóbal Colon. O antes de comerse el pan de trigo, también importado de los Estados Unidos a precios escandalosos. Y se persignan para arrojarse sobre la tierra después de comprar insumos yanquis, malísimos y carísimos, a veces pura arena. Nosotros luchamos por esa gente.
Luchamos por las personas del Huila, de Cundinamarca, de Boyacá, que bregan para alimentar a sus familias y que no comprenden por qué, trabajando tanto, nunca pueden alcanzar a mantener a sus hijos y educarlos.
Nosotros combatimos también por las zonas mineras de Antioquia, Chocó, los Santanderes, el Cesar, golpeados por los monopolios extranjeros que dominan todo en esas regiones a través de los vendepatria deshonestos, a través de la gran burguesía nacional.
Nosotros luchamos también por las gentes de Bolívar, de Córdoba, de Sucre, del Atlántico, del Magdalena, de la Guajira, de todas las gentes de todos los departamentos de la Costa, donde los norteamericanos se llevan la pesca en enormes barcos de 10, 20 ó 30 mil toneladas, en el Caribe, que es nuestro mar, que se nutre con las aguas de varios ríos colombianos, para que luego se roben los norteamericanos nuestra riqueza pesquera.
Y defendemos la riqueza de Caldas, de Risaralda, del Quindío, donde se trabaja constantemente en los cafetos para que el grano desaparezca de contrabando. Y defendemos también los departamentos calientes, los Llanos Orientales, el Tolima, el Valle del Cauca. Y defendemos el Cauca, donde se ha asesinado a centenares de indígenas en perfecta impunidad. Y defendemos también a Nariño, y a todo el pueblo de las intendencias y comisarías. Es decir, el Frente por la Unidad del Pueblo avanza ya en Colombia y toda Colombia debe tomar parte en esta batalla del Frente por la Unidad del Pueblo.
Pero debo terminar diciendo simplemente que daréis a todos los departamentos que he mencionado, a todas las intendencias y comisarías, a todos los corregimientos y veredas la noticia de que ha nacido un movimiento con el nombre de Jaime Piedrahita Cardona, que es un hombre sencillo, que fundó la alianza Nacional Popular con Rojas Pinilla, un hombre sencillo, un poco tímido, con quien se conversaba largas horas. Y el general no lanzaba palabras dispendiosas ni engañosas.
Yo conocí a Jaime Piedrahita Cardona cuando era joven. Nunca tuvo tiempo de ser conservador ni de ser liberal. Jaime Piedrahita, desde niño, trataba de estudiar los problemas complejos de la nacionalidad. Y fue creciendo. Y Rojas dijo: “De todos mis seguidores, el más parecido, el que puede continuar con mi obra, el que realmente garantiza prudencia política, es Jaime Piedrahita Cardona. Si alguna vez se unen las fuerzas revolucionarias de Colombia para el lanzamiento de una candidatura de ANAPO, yo le pido, doctor Jaramillo, que ayude a Jaime Piedrahita Cardona”.
Hoy se han reunido cuatro fuerzas poderosas. Los Comités Democráticos le dan un aliento vigoroso al proceso unitario de la izquierda. El MAC fue el precursor del rompimiento con la dirección dinástica de ANAPO, encabezado por Gilberto Zapata Isaza, y hoy es una organización de vanguardia que apoya a Jaime Piedrahita Cardona. Y qué decir del MOIR, movimiento de gente nueva y sana, de hombres que tienen un extraordinario porvenir. Yo he encontrado en todos los municipios de Colombia un moirista que ayuda a sus semejantes, un hombre que tiene un concepto distinto de la vida, un hombre que vive luchando por lograr transformaciones y no en función de componendas.
Hoy ha nacido esta fusión extraordinaria. Sin este prodigio, nada hubiéramos podido hacer. Nada lograron los patriotas del 20 de julio de 1810 hasta que se reunieron entre sí y tuvieron que crear una directiva máxima llamada la Junta Suprema. Nosotros hemos creado una directiva y nosotros vamos a obedecer al Frente por la Unidad del Pueblo. Todos somos sus seguidores, todos somos sus soldados. Vamos a atacar sus órdenes, porque ahí está la suerte de la República y porque hoy, 15 de julio, ha nacido un movimiento semejante al de la cacica Gaitana, al del comunero Galán.
En realidad, el problema de Colombia no es simplemente político. Es que todos los dirigentes del liberalismo y el conservatismo se han corrompido, se les ha podrido el corazón. No tienen consideración alguna por las masas, no les duele el dolor del pueblo, no les duele el dolor de Amagá, como no le duele a Belisario Betancur la muerte de los obreros de Santa Bárbara.
Nosotros no podemos apoyar ningún candidato multimillonario. Por el contrario, tiene que ser un dirigente sencillo, un compañero como Jaime Piedrahita, que ha vivido en una honradez ejemplar con toda su familia.
Nosotros no podemos, de ninguna manera, someter a las masas al peligro de una aventura. Debo agregar que los hombres de verdad deberían volver siquiera cadáveres políticos a aquellos que en otras épocas volvían a los hombres cadáveres de verdad.
Nadie que haya perseguido a los obreros, nadie que haya destruido una organización obrera, nadie que haya disparado contra los obreros, como lo hizo Belisario Betancur en Santa Bárbara, puede ser candidato presidencial. Nosotros tenemos toda la autoridad para decirle al pueblo colombiano que, por la afirmativa y por la negativa, estamos con Jaime Piedrahita Cardona. Por la afirmativa, por sus virtudes, y por la negativa, porque los otros candidatos no le dan a Colombia sino la seguridad de que continuará el régimen de opresión y explotación.
“Nosotros tenemos toda la autoridad para decirle al pueblo colombiano que, por la afirmativa y por la negativa estamos con Jaime Piedrahita. Por la afirmativa, por sus virtudes, y por la negativa, porque los otros candidatos no le dan a Colombia sino la seguridad de que continuará el régimen de opresión y explotación”.