Comité Central del partido Comunista de China
Pekín
Queridos Camaradas:
El Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario quiere unir su voz a la de los comunistas y fuerzas revolucionarias del orbe entero que, con ocasión de la exitosa culminación el XI Congreso del Partido Comunista de China, han expresado el júbilo por este resonante triunfo del proletariado internacional y han enviado cálidas y elogiosas congratulaciones.
Las acciones y los logros de un Partido Comunista que como el de China viene realizando la revolución más vasta y profunda en los anales de la clase obrera, no pueden menos que mantener viva la atención y embargar de fervor a las masas combatientes por un mundo nuevo, sin explotados ni opresión nacional. Que China, un país extenso, con 850 millones de habitantes, avance seguro por la senda luminosa del socialismo, es un hecho de incalculables proporciones, llamado a influir decisivamente en el futuro de la humanidad. La importancia de la enorme contribución de China a la causa del comunismo, de las naciones que batallan por su emancipación y de la paz mundial se irá agigantando con el paso del tiempo.
El glorioso Partido Comunista de China, en algo más de medio siglo de existencia, estimulando y apoyándose en la indómita voluntad de lucha y espíritu emprendedor del pueblo chino, ha llevado a efecto uno tras otro verdaderos prodigios que le han ganado de los cientos de millones de amigos del exterior no sólo el afecto, sino la confianza en su inagotable capacidad de salir airoso de las pruebas más duras. Así como eliminó el feudalismo, el capitalismo burocrático y derrotó a los imperialistas japoneses y norteamericanos, para liberar y sacar de su postración secular a China y convertirla luego en una república socialista respetable, próspera y poderosa, el Partido Comunista de China alcanzará también la victoria en cada una de sus metas propuestas. Ello se debe a que siempre ha sido fiel al pensamiento de Mao Tsetung, quien heredó, defendió y enriqueció el marxismo-leninismo en todos sus aspectos, llevándolo a una etapa superior de su desarrollo.
1976 fue un año particularmente difícil para el Partido Comunista de China, la muerte del presidente Mao Tsetung y la de otros entrañables camaradas de la vieja guardia, como Chou En-Lai y Chu Te, determinaron la integración de los cargos que dejaron vacantes y la continuación sin ellos de la obra que no pudieron concluir. Prevaliéndose de tales circunstancias, la «banda de los cuatro» fraguó un complot tendiente a usurpar el Poder, imponer su línea revisionista y contrarrevolucionaria y trocar la dictadura del proletariado en dictadura fascista burguesa. Enfrentándolas con arrojo y sapiencia, el Partido superó las dificultades. Escogió certeramente la nueva dirección máxima, aplastó a los complotadores y reafirmó su línea proletaria. Con la designación del camarada Jua Kuo-feng, digno sucesor del presidente Mao Tsetung, y la pulverización de la «banda de los cuatro», el Partido Comunista de China y China toda propinaron un golpe demoledor al revisionismo, despejaron el porvenir y garantizaron más grandiosas conquistas revolucionarias.
Recogiendo el legado del presidente Mao, el XI congreso ratificó estas sabias decisiones y trazó la orientación general para aprovechar los frutos de la Gran Revolución Cultural Proletaria, consolida la unidad y proseguir la edificación económica bajo la dictadura del proletariado. El análisis de la situación internacional emprendido por el Congreso es igualmente justo. La síntesis que de ella se hace trae relievantes aportes para la táctica del proletariado y de los pueblos que a escala mundial contienden contra las dos superpotencias, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo soviético, y en pro del socialismo, la democracia y la independencia.
Camaradas:
Por estos aciertos de dimensión histórica, el MOIR manifiesta lleno de regocijo sus sinceras felicitaciones al Partido Comunista de China y al camarada Jua Kuo-feng. Asimismo reiteramos el hondo convencimiento de que la amistad entre nuestros partidos y entre nuestros pueblos será imperecedera.
Fraternalmente,
Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario
Comité Central
Francisco Mosquera, Secretario General