El Sindicato Único de Trabajadores del Cemento (Sutimac) decretó el 26 de julio la hora cero en las factorías de Diamante, Boyacá, Nare, Argos y Colcalburos, suspendiendo la mitad de la producción del país. Tres mil obreros, repitiendo la proeza de hace dos años, inician una nueva batalla por salarios y se suman al contingente que una semana antes se lanzó al paro en Tolcemento (Sincelejo) y Cementos Caldas.
«Los rendimientos económicos de las fábricas son dos veces el valor de lo que gastan en administración, incluidos los sueldos del personal de ejecutivos y los salarios de los trabajadores», afirmo Gustavo Osorio, presidente de Fenaltraconcem, quien concluyó: «Es la intransigencia de los patronos la única causante de la actual situación».
Firman convenciones
Después de 76 días, lapso en el que dejaron de producir cuatro millones de sacos, los obreros de Cementos del Valle levantaron la huelga a mediados de julio, obteniendo aumentos salariales del 32% y otras reivindicaciones. Se conoció además que el sindicato Independiente de Cementos El Cairo (Santa Bárbara) firmó nuevas conquistas convencionales que contemplan, entre otros puntos, alzas del 30% en los jornales.
La empresa se vio forzada en el curso de las negociaciones a retirar el contrapliego y a considerar las propuestas de los trabajadores.