ATROPELLADOS COLONOS DEL CASANARE

Los Llanos Orientales, y en especial los del Casanare, han sido acaparados tradicionalmente por un puñado de terratenientes que persiguen y explotan a su antojo a las masas de campesinos de colonos. Según lo denunció en febrero la Organización Campesina Intersindical del Casanare (OCIDEC), en estos territorios el 90% de las familias carece de tierra o posee muy poca, mientras los grandes fundos abarcan decenas de miles de hectáreas inexplotadas. Lo que antes era considerado como baldío o sabana comunal y usufructuado libremente por los agricultores, hoy es declarado propiedad privada por el INCORA a favor de los terratenientes y, al contrario, pequeñas y mediana fincas son calificadas como baldíos o tierras de la nación. Los campesinos ya no hayan un rincón donde establecerse y trabajar la tierra en paz. Con la ayuda de las autoridades civiles y militares, el DAS rural y matones a sueldo, los propietarios de latifundios como “San Felipe” ( 35 mil hectáreas), “Rancho Grande” (20 mil hectáreas) y “La Libertad” (40 mil hectáreas) han desalojado violentamente a más de mil familias en los últimos meses.

El abigeato, excusa para matar

Con el pretexto de combatir los robos de ganado, se reprime con saña a los habitantes de la región desde hace años. Veamos algunos ejemplos: a comienzos de febrero los matones del “Hato San Felipe” organizaron una verdadera cacería humana en el sitio de Guafitas, ametrallando desde una avioneta a numerosos jornaleros. En los alrededores de Yopal, Nunchía y Puerto Tocaría han sido destruidos e incendiados cultivos y viviendas con la anuencia y en ocasiones con la participación de las autoridades. A fines de enero, en Orocué, fue baleado el campesino José Yezid Díaz, al tiempo que eran desalojadas por la policía varias familias de colonos.

Movilizaciones populares

Los campesinos del Casanare se aprestan a defender sus más elementales derechos y a enfrentar la escalada de la violencia terrateniente. Centenares de agricultores han realizado combativas manifestaciones en Yopal, La Chaparrera, Caño de Aceite y otros lugares, en las que han rechazado los atropellos en su contra.

Crímenes y persecución en Nocaima

En una campaña abierta de violencia e intimidación contra nuestro Partido, una banda de gamonales de Nocaima, Cundinamarca, asesinó a quemarropa el 5 de marzo al compañero Ramiro Bernal, militante del MOIR, El compañero Bernal era pequeño comerciante y tenia estrechos vínculos con el campesinado de la región.

Este execrable crimen fue la culminación de una andanada represiva promovida por los mandamases del pueblo contra los militantes, simpatizantes y amigos del MOIR. A finales del febrero, el compañero Gentil Benavides, también militante de nuestra organización, fue abaleado y herido de gravedad en plena plaza principal por una pandilla de gamonales que además golpeó brutalmente al compañero Nicolás Bernal, hermano del militante asesinado.

Un comunicado suscrito por el concejal del MOIR en Nocaima, compañero José F. Flórez, denunció que “resguardadas bajo el manto de la impunidad, bandas de gamonales y terratenientes han convertido la región en zona de violencia reaccionaria.

Libres religiosos de Cartagena

Los tres sacerdotes y la monja detenidos injustamente y acusados de rebelión desde el 30 de octubre en Cartagena, fueron puestos en libertad el 12 de marzo.

Los religiosos han declarado que no piensan abandonar sus lugares de trabajo y que no se dejarán amedrentar por la persecución oficial.