GRAN JORNADA POR LA DEFENSA DEL ARROZ

Miles de arroceros de los distritos de riego del Tolima y el Huila, dirigentes de decenas de municipios, alcaldes, concejales y diputados, transportadores, comerciantes y trabajadores agrícolas de la zona, organizaciones sociales y sindicales de los departamentos de Tolima y Huila y los afiliados a la Asociacion Nacional por la Salvación Agropecuaria, encabezados por Ángel María Caballero y Aurelio Suárez, presidente y director ejecutivo de dicha organización, se dieron cita en El Espinal, el 20 de agosto, con tractores y maquinaria agrícola, camio­nes, camionetas y camperos, para expresar su enérrgica protesta contra los bajos precios, el alto costo en los insumos, la incertidumbre que han generado las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, TLC, y, en general, contra las erráticas políticas del gobierno nacional que tienen en graves dificultades a los productores de la región.

El gobierno de Uribe Vélez, además de los daños que ha causado a la producción agrícola durante todos estos años con la aplicación de su política de apertura, aprobó nuevamente importaciones masivas de arroz, venidas de Tailandia, Venezuela y Estados Unidos, las cuales han deprimido los precios de compra de la cosecha arro­cera. Las empresas industriales y comerciales comprometidas en estas compras externas están haciendo inmensas ganancias mientras los arroceros pierden rentabilidad hasta el punto de tener que abandonar sus siembras ante esas políticas oficiales que hacia fuera propalan «que todo se está arreglando» pero que en la práctica lo que se encuentra es que «todo sigue peor».

Las desastrosas condiciones que padece el cultivo nacional del arroz tienden a agravarse ante el aviso de las grandes firmas de molinería de reducir todavía más los precios de adquisición de este cereal, tan importante para la alimentación de nuestro pueblo.

En efecto, como consecuencia de las importaciones de cerca de 200 mil toneladas provenientes de Tailandia y Venezuela, autorizadas por el gobierno al amparo de la implantación del Mecanismo Público de Administración de Contingentes Agropecua­rios, los precios de compra de la cosecha de este cereal para los productores de los departamentos de Tolima y Huila se han fijado en niveles de ruina. Lo recibido ahora oscila entre $70.000 y $73.000 por una carga de arroz paddy verde, lo cual es inferior a lo que se percibió en marzo de 2003, hace 18 meses. Esto resulta catastrófico para una región que produce 57% del arroz que consumen todos los colombianos, en un renglón que en el mismo lapso ha visto subir en 25% los costos de los principa­les insumos de producción.

Y no han sido atendidos los reclamos que las distintas organizaciones gremiales del sector han elevado al gobierno para que mediante el uso de mecanismos concertados conjure esta situación; por el contrario, se persiste en mantener la indefensión de los agricultores frente a la gran industria molinera. La presente coyuntura tiene como agravante que el gobierno del presidente Uribe está negociando un tratado de libre comercio con Estados Unidos y es manifiesto el interés de dicho país por introducir masivamente a Colombia sus productos agrícolas, subsidiados con multimillonarios recursos estatales.

El presente debilitamiento de la agricultura nacional, ocurrido ante la indolencia oficial, permite presagiar peores males para el cercano futuro de llegarse a concretar el acuerdo comercial con Norteamérica. En las negociaciones de Lima se entregó el sector arrocero, que fue ubicado en la canasta D, pues prácticamente quedó decretada su muerte a diez años, los cuales están a la vuelta de la esquina. Y según las posiciones de Hernando José Gómez, jefe del equipo negociador colombiano, esto es una gran cosa.

Lo anterior va a generar un caos sin precedentes en el sector agropecuario, ya que además del arroz fueron entregados en las diferentes ofertas otros productos agrícolas en las canastas A, B y C, a menos de diez años Como si fuera poco, los negociadores por nuestro país están en plan de entregar las franjas de precios a cambio de que Estados Unidos les escoja un nuevo mecanismo de protección («Que nos salven los que nos emboscan»). Desde luego, para organizaciones como la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria esto no se puede aceptar y, en cambio, debe exigirse que el arroz y todos los productos que sean subsi­dia­dos por estados Unidos queden excluidos del cualquier pacto de libre comercio.

Los arroceros tolimenses y huilenses que en forma patriótica adelantaron esta jornada han ido entendiendo que éstas son sólo las primeras tareas para contener las pretensiones estadounidenses de tomarse el mercado colombiano del arroz mediante la suscripción del tratado de libre comercio (TLC) con Colombia. El 20 de agosto pasado, se declaró a los arroceros en estado de alerta.

El senador del MOIR y de Alternativa Democrática, Jorge Enrique Robledo, estuvo presente en la marcha y respaldó la movilización, orientada a protestar por la quiebra del sector arrocero, el cual vio deprimido el precio en 70 mil pesos antes de aparecer el grueso de la cosecha. Jorge Enrique Robledo hizo un especial llamado a los cultivadores para que participen activamente en las próximas jornadas contra la reelección uribista y las imposiciones del gobierno norteamericano, especialmente en la prevista para el 12 de octubre, de carácter continental, y convocó a las fuerzas vivas del Tolima y demás departamentos afectados y a la población en general a apoyar solidariamente a sus productores de arroz, de cuyo bienestar depende en buena medida la estabilidad económica y social de la región.