Los trabajadores petroleros rechazan el contrapliego patronal
Un mamotreto de 8 páginas y 3 anexos fue dejado el 5 de noviembre, último día válido para la denuncia de la convención, sobre una de las mesas de la oficina de la USO en Barrancabermeja, por el jefe de relaciones industriales de Ecopetrol. Como ninguno de los directivos se encontraba presente, el legajo de papeles, nada menos que contrapliego patronal, quedó allí abandonado. Hoy la empresa pretende imponerlo argumentando falazmente que su documentación “pasó los trámites de rigor”, en tanto que la USO lo rechaza en forma categórica. En espera del inicio de las conversaciones del 5 de diciembre, cerca de 7.000 trabajadores se declararon en estado de alerta, mientras decenas de asambleas generales, efectuadas en la Refinería, Centro, Cicuco, Casabe y Cantagallo les ordenaban a los delegados sindicales que por ningún motivo aceptaran la discusión del contrapliego en la mesa de negociaciones.
Aprovechando el clima antidemocrático fraguado por el gobierno de López, la empresa estatal de petróleos intenta extender el sistema de contratistas privados a la gran mayoría del personal. De imponerse el contrapliego, serían aniquilados además los derechos sindicales conquistados por la organización a través de batallas denodadas que se remontan a las épocas de la tropical Oil Company. Otras reivindicaciones, tales como casinos y alimentación, venta de carne a bajo precio, escalafón, préstamos de vivienda y auxilios escolares, que darían igualmente eliminadas.
Se conoció que la totalidad de los trabajadores de Ecopetrol y la ciudadanía de Barrancabermeja apoyan las decisiones de la USO y preparan sus efectivos para el inminente enfrentamiento contra las pretensiones empresariales.