SOBRE ARTE Y LITERATURA

Mao Tsetung
“Debemos recoger la rica herencia y las buenas tradiciones del arte y la literatura que nos han legado las épocas pasadas de China y del extranjero, pero el objetivo será siempre servir a las grandes masas populares. No nos negamos a utilizar las formas artísticas y literarias del pasado,, pero en nuestras manos, estas viejas formas, remodeladas y con un nuevo contenido, se convierten en algo revolucionario al servicio del pueblo”.

(“Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Arte y Literatura”, mayo de 1942).

“Las obras artísticas y literarias, como formas ideológicas, son producto del reflejo en el cerebro del hombre de una existencia social determinada. El arte y la literatura revolucionarios son producto del reflejo de la vida del pueblo en el cerebro de los artistas y escritores revolucionarios. En la misma vida del pueblo están los yacimientos de materia prima para el arte y la literatura, material en estado natural, no elaborado, pero, a la vez, el más vivo, el más rico y el más fundamental; en este sentido, ante él quedan pálidos todo arte y literatura. Ese material constituye el manantial único e inagotable del arte y literatura. Es la única fuente, la única posible, no puede haber otra”.

(“Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Arte y Literatura”, mayo de 1942).

“Existiendo un criterio político y un criterio artístico, ¿cuál es la relación entre ellos? La política no equivale al arte, ni una concepción general del mundo equivale a un método de creación y critica artísticas. No sólo negamos que haya un criterio político abstracto y absolutamente invariable, sino que haya un criterio artístico abstracto y absolutamente invariable; en toda sociedad de clases, cada clase tiene sus propios criterios político y artístico. Pero todas las clases, en todas las sociedades de clases, siempre colocan el criterio político en el primer lugar y el artístico, en el segundo. La burguesía rechaza siempre las obras del arte y la literatura proletarias, por muy grandes que sean sus méritos artísticos. El proletariado, a su vez, debe examinar, en primer término, la actitud hacia el pueblo de las obras artísticas y literarias de las épocas pasadas y si tienen una significación progresista en la historia, y de este modo adoptar una actitud diferenciada hacia ellas. Algunas obras, radicalmente reaccionarias desde el punto de vista político, pueden tener al mismo tiempo cierta calidad artística. Cuando más reaccionario sea el contenido de una obra y cuanto más elevada su calidad artística, tanto más puede envenenar al pueblo, y mayor razón existe para rechazarla. La característica común del arte y la literatura de todas las clases explotadoras en su periodo de decadencia, es la contradicción entre su contenido político reaccionario y su forma artística. Lo que exigimos es la unidad de la política y el arte, la unidad del contenido y la forma, la unidad del contenido político revolucionario y el más alto grado posible de perfección de la forma artística. Por progresista que sea en lo político, una obra de arte que no tenga valor artístico, carecerá de fuerza. Por eso nos oponemos, tanto a las obras artísticas con puntos de vista políticos erróneos, como la creación de obras al ‘estilo del cartel y consigna’, obras acertadas en su punto de vista político pero carentes de fuerza artística. En el problema del arte y la literatura, tenemos que sostener una lucha en dos frentes”.

(“Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Arte y Literatura”, mayo de 1942).

“La orientación de que cien flores se abran y compitan cien escuelas ideológicas estimula el desarrollo del arte y el progreso de la ciencia, y así fomenta el florecimiento de la cultura socialista en nuestro país. En el arte puede desenvolverse libremente distintas formas y estilos; en la ciencia, pueden contener libremente diferentes escuelas. Consideramos que la difusión forzada, por medio de medidas administrativas, de un estilo particular, de una escuela particular y la prohibición de otro estilo u otra escuela ideológica, obstaculizan el progreso del arte y la ciencia. El problema de lo correcto y lo erróneo en el arte y en la ciencia debe resolverse por la discusión libre en los medios artísticos o científicos, en el transcurso de la practica del arte o de la ciencia, y no de una manera simplista. El definir lo acertado y lo erróneo exige con frecuencia un periodo de prueba. En la historia es frecuente que lo nuevo, lo acertado, no obtiene al principio el asenso de la mayoría de los hombres, y que sólo puede abrirse camino de manera tortuosa en la lucha”.

(“Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo”, febrero de 1957).