El Banco Ganadero es un pulpo comprometido hasta el extremo con el imperialismo norteamericano y con las clases dominantes, en especial con los grandes terratenientes. Tiene enormes deudas con el BID y la AID, más de un favor le ha hecho a López Michelsen, a quien le prestó en 1974 un piso para la sede de su campaña electoral en la recién inaugurada Torre Administrativa. Con un enemigo de esta catadura se enfrentaron los 2.200 trabajadores durante el conflicto iniciado el 8 de enero, a un año exacto del combativo movimiento que en 1975 desenmascaró al mandato de hambre.
En esta oportunidad, la lucha fue de nuevo contra el gobierno, que colocó la demagógica barrera del 15 por ciento como “máximo aumento salarial”. Olger Forero, miembro de la comisión negociadora sindical y directivo de Aceb, denunció en primer término la actitud del banco, que manera de chantaje presentó un oneroso contrapliego. “Además, dijo el directivo, la empresa apeló en todo momento a la represión. Durante las negociaciones fueron encarcelados dos directivos e invadidas por la fuerza pública las oficinas del banco, donde querían practicar detenciones en masa. Pero los trabajadores respondieron a la altura de las circunstancias e impidieron el atropello”. Manifestó Forero que la movilización de las bases fue exitosa. “Se llevaron a cabo continuos paros escalonados, en apoyo a la posición de la comisión negociadora conjunta de Aceb y Uneb y en solidaridad con los compañeros del Popular y Central Hipotecario”.
Rompiendo la barrera del 15 por ciento
Una vez terminada la etapa de conciliación, los trabajadores rechazaron la convocatoria del tribunal de arbitramento y obligaron a la empresa a mantener negociaciones directas con el sindicato. Después de prolongados contactos, se firmó nueva convención colectiva el 17 de marzo. “De hecho”, afirmó Olger Forero, “rompimos la barrera impuesta por el gobierno, con aumentos que en la gran mayoría de los casos representan el 30º, a más de que derrotamos el contrapliego e impedimos la aplicación del tribunal“. Concluyó el dirigente que la nueva convención “constituye un paso adelante, porque permite además la cohesión de los trabajadores para futuras batallas contra los monopolios financieros y la demagógica política del gobierno”.