Denuncia el dirigente petrolero Pedro Castilla
Representantes de la Unión Sindical Obrera, USO, que agrupa a los trabajadores de la empresa estatal de petróleos, indicaron que es un hecho cumplido la desnacionalización de Ecopetrol en beneficio de la Texas Petroleum Company y de otras compañías norteamericanas, con la tolerancia cómplice del gobierno, e hicieron énfasis en que la llamada “reversión” de la Colombian Petroleum de Tibú, Catatumbo, es una vergonzosa comedia.
Pedro Castilla, secretario de información de la USO, señaló: “la desnacionalización de Ecopetrol es una realidad y se manifiesta, entre otros, en los siguientes hechos: de un lado, la actual administración ha sido puesta en manos de Villareal, Merendone, Del Castillo y Cabrales, anteriormente funcionarios de la Texas, y del otro, no hay continuidad en las políticas de perforación y explotación, que se han dejado en manos de las compañías extranjeras. Tampoco existen planes concretos de expansión de la empresa estatal”. Dijo el directivo que “todo el país está al tanto de las actuaciones oscuras del gobierno en materia de importación de gasolina, al precio del golfo de México, con el complemento, además, de permanentes y gravosas alzas mensuales, mientras que la Texas por su parte continúa exportando por Tumaco cerca de 22.000 barriles diarios”. Denunció Castilla que es manifiesta la intención de la Standard Oil Co. y de sus afiliados en Colombia, empeñadas en desnacionalizar el sector estatal de la rama petroquímica. El único responsable es el gobierno.
Refiriéndose al caso de la Colpet, el directivo de la USO hizo énfasis en que esta empresa no revirtió en ningún momento al Estado colombiano. “Por el contrario , dijo, lo único que hizo Ecopetrol fue comprar el resto de las acciones de manos de la Colpet, violando las propias leyes de la oligarquía”. Indicó que “Ecopetrol jamás ha nacionalizado no hecho revertir sociedades extranjeras. Todo ha sido comprado: la refinería de Barrancabermeja, el oleoducto de Cundinamarca, el del Pacífico, el de Antioquia, la refinería de Cartagena, la Shell de Casabe y ahora la Colombian Petroleum de Catatumbo. Jamás ha existido en Colombia la reversión, consagrada tan sólo en el papel. Unicamente la compra a precios exorbitantes de concesiones petroleras en franco grado de decadencia y desmantelamiento”.
Atropellos contra los trabajadores
Denunció la USO la permanente violación de las convenciones colectivas, el clima de provocaciones y la represión imperante. “El obrero petrolero es visto por el gobierno como serio enemigo”, declaró Pedro Castilla, “y la refinería de Barranca permanece militarizada como si fuera zona de guerra. A ello se debe que en la actualidad, mientras Ecopetrol desconoce la convención colectiva en materia de servicios médicos, ascensos y reconocimiento del reajuste salarial del 25% al personal técnico de la empresa afiliado al sindicato, la Texas se niega a resolver modestos pliegos de peticiones presentados desde hace varios meses por más de 1.000 trabajadores y contratistas de Puerto Boyacá, Puerto Velásquez y Orito, Putumayo. Además, los conflictos se han generalizado. Tal es el caso de los compañeros de la Cities Service y de la Esso Col”.
Tradición de la Lucha
La huelga de 1948 obligó al gobierno a cumplir su propias leyes, con la creación de la empresa estatal Ecopetrol en la antigua concesión De Mares, mientras la oligarquía vendepatria sostenían la tesis de que “el país no está preparado para la explotación de petróleo”. Colombia sabe que esa lucha costó muertos, detenidos y decenas de despidos.
Y fueron los trabajadores quienes en 1963 tuvieron que declarar el cese de actividades en rechazo a la inmoralidad administrativa imperante en las altas esferas de Ecopetrol. Este movimiento que costó igualmente despidos y cárcel, buscaba frenar la corrupción y el despilfarro, cuyas secuelas estaban conduciendo a la empresa estatal a la bancarrota.
La gloriosa huelga de 1971 fue realizada igualmente en defensa de los intereses nacionales, a más de defender justas reivindicaciones. Esta huelga trajo como consecuencia que la represión se manifestara, siendo víctima de ella el compañero Fermín Amaya, y demás se condenó a presidio a 18 compañeros, después de un vergonzoso consejo de guerra”.
Pedro Castilla recalcó finalmente que “a pesar de la amnistía decretada por el gobierno a favor de los 18 compañeros subsiste otro hecho, semejante por sus consecuencias al presidio: degradantes listas negras han sido enviadas por Ecopetrol, con los nombres de todos los compañeros que en una u otra forma participaron en el movimiento de 1971, no sólo a las empresas del país, sino también a Venezuela, Ecuador y Perú, cerrándoles las puertas en esos países y condenándolos en la práctica a la muerte laboral, ya que en su gran mayoría son operarios altamente calificados”.
Anuncian paro.
Se conoció que la USO Centro, Casabe Cantagallo y Tibú, decretaron un cese de actividades de 24 horas para exigir el cumplimiento de la convención colectiva. Los trabajadores petroleros han sido puestos en estado de alerta y una nueva lucha se hace inminente para los próximos días.