16.000 trabajadores levantan en la actualidad las banderas de la huelga y miles más la anuncian para los próximos días, en lo que constituye un inicial y positivo balance de las luchas obreras en 1976. Mientras Vanytex, Calzado Andino, Ladrilleras Flam de Girardot y centenares de mineros del carbón en Cundinamarca continúa en paro, 3.000 obreros antioqueños saludan el nuevo año entonando canciones de combate en Coltepunto, Apolo, Grulla, Indurrajes, Hotel Bolívar y M.I. Químicos, arribando estos últimos a los 100 días de huelga. Con derroche de valor, los trabajadores del Ingenio Riopaila persisten en su prolongado movimiento, desafiando la fuerza bruta que ha querido imponer a toda costa el gobierno continuista del “mandato de hambre”, fiel intérprete de la familia Caicedo–González, propietaria del Ingenio.
He aquí la “policía laboral” del gobierno, que se definiera un alto funcionario del Ministro de Trabajo: en ese tipo de movimientos “la solución de la situación está en manos de los ministros de gobierno, justicia e instituciones competentes en materia de orden público” (“El Tiempo”, febrero 3/76).
4.500 profesores en el Departamento de Nariño sostienen un paro indefinido. El 6 de febrero realizaron una multitudinaria “Marcha de los Parias”. También declararon la huelga los maestros de enseñanza medio de Boyacá agrupados alrededor de Aspenboy, mientras que en el norte del Valle, miles de trabajadores de la educación asociados en Acpes desarrollaron paros escalonados de 48 horas.
Luchas obreras señalan el camino
Desde el 12 de febrero hicieron efectiva la huelga los trabajadores de Gaseosas Colombianas –Postobon, y para los próximos días pararían los del monopolio Coltabaco y los de Vestex. Todos ellos se encuentran en la etapa de prehuelga. Por su parte, los combativos empleados bancarios desarrollan un clima de permanente agitación y han rechazado la convocatoria de tribunales de arbitramento obligatorio en los bancos Popular, Cafetero, Central Hipotecario. Y de no solucionarse sus peticiones, se verán abocados también a la huelga los trabajadores de Fabricato, Tejicóndor, Frontino Gold Minez, Lavandería Higiénica Moderna y Hacienda El Guaron en Antioquia, Eternit del Atlántico y, de nuevo, los compañeros de Sofasa.
Los trabajadores y contratistas de la Texas Petroleum Co. en el Magdalena Medio y Orito, Putumayo, anunciaron su rechazo al tribunal de arbitramento convocado por el gobierno. Preparados para los conflictos de envergadura se encuentran asimismo los trabajadores de la Cities Service y Esso Col., quienes en la actualidad agotan las últimas etapas de la negociación.
Los trabajadores oficiales también de pie
En el campo de los trabajadores estatales, la reforma administrativa lopista –incluida la clasificación del personal como “empleados públicos”-, que cercenó los escasos derechos de que aquellos venían disfrutando, encontrará sin duda alguna la justa respuesta de las organizaciones en que está agrupando el sector. Ya el Sindicato de Trabajadores de Carreteras Nacionales, reunido en Bogotá, anunció que iría al cese de actividades si el gobierno no paga cumplidamente los salarios y no aumenta los actuales, irrisorios y de hambre. Fecode y Sittelecom presentaron sendos pliegos de peticiones, sin que el gobierno haya iniciado hasta la fecha las negociaciones. La misma situación afronta miles de maestros antioqueños agrupados en Proas y Adida, y el Sindicato Nacional del ICSS.
Mientras colma de privilegios a los amos y señores del gran capital y de tierra, el “mandato de hambre” atropella los derechos democráticos y reivindicaciones de la clase obrera, está dispuesto a tolerarlo. La brillante perspectiva de las luchas obreras está señalando el camino.