EL COMANDO… DE LA UNIÓN NACIONAL DE OPOSICIÓN
CONSIDERANDO:
1) La lucha en las corporaciones públicas es uno de los frentes de batalla que debe atender la Unión Nacional de Oposición con el mayor celo y decisión. Aunque nada bueno puede esperar el pueblo de tales corporaciones desahuciadas históricamente, no es exagerado afirmar que de la lucha que libremos dentro y fuera de ellas para desenmascarar su papel de celestinas del régimen y condenar los crímenes y atentados del gobierno de turno contra el pueblo, depende en gran parte del futuro de la Unión Nacional de Oposición. Fuimos a la campaña electoral pasada agitando un programa nacional y democrático que recoge las aspiraciones fundamentales del pueblo en la actual etapa de la revolución colombiana, y en radical enfrentamiento con las políticas y los dirigentes del liberalismo y el conservatismo, a sabiendas que esas políticas y esos dirigentes significaban la prolongación del oprobioso sistema frentenacionalista. Denunciamos por todo el país que no eran muchas ni de fondo las diferencias entre los delfines Gómez y López. Advertimos que cualquiera de los dos que resultare vencedor, gobernaría en coalición con el partido del otro, y que Colombia continuaría bajo el saqueo del imperialismo yanqui y el pueblo colombiano esclavizado y oprimido. A pesar de la inmensa maquinaria de funcionarios, del dinero y de los poderosos aparatos de propaganda con que las clases dominantes manipulan sus certámenes electorales, la Unión Nacional de Oposición recibió un respaldo entusiasta de los sectores más avnzados de Colombia. Y lo recibió en un momento en el que las masas venían de la frustación producida por las vacilaciones y el oportunismo de la Alianza Nacional Popular, que había obtenido en 1970 más de un millón y medio de votos. Logramos siete congresistas, dos concejales en Bogotá y numerosos diputados y concejales en casi todos los departamentos. Así hemos podido integrar una fracción minoritaria en las corporaciones públicas de la cual espera el pueblo colombiano una lucha valerosa, altiva y consecuente con lo que predicamos durante la campaña.
2) En la Convención Nacional de la UNO, celebrada en los días 13 y 14 de julio último, aprobamos la Resolución Política y las Normas Generales de Funcionamiento Interno. En el primer documento fijamos sin ambigüedad de ninguna clase cuál sería la conducta revolucionaria de la Unión Nacional de Oposición y de sus voceros en las corporaciones públicas frente al “nuevo” gobierno. Proclamamos entre otras cosas lo siguiente: “Con López Michelsen continúan desde el gobierno la dominación de los mismos monopolios extranjeros, las mismas grandes compañías norteamericanas que saquean nuestras riquezas, los mismos terratenientes que oprimen al campesinado, la misma gran burguesía dueña de los monopolios”… Afirmamos que “somos la oposición vertical al gobierno, que encabezamos la alternativa popular que se opone al engaño y la mentira”. Y convinimos que “cada senador, cada representante, cada diputado, cada concejal de la UNO es un tribuno del pueblo. Vamos a aprovechar esas corporaciones como puestos de combate y como tribunas de denuncia, para hacer avanzar la causa popular”. En las Normas de Funcionamiento definimos los principios organizativos de la Unión Nacional de Oposición. Acordamos que las decisiones se tomarían por unanimidad y que todos los integrantes de la UNO se someterían disciplinadamente a sus determinaciones, y entre ellas están, además de las directivas que trace el Comando Nacional en los asuntos referentes a la alianza, las conclusiones básicas de las convenciones.
3) El actual período por el que la atraviesa la revolución colombiana se caracteriza por el enfrentamiento de las tesis, programas y estrategias que las diferentes clases tienen sobre los agudos problemas nacionales. Las fuerzas revolucionarias deben defender los puntos de vista y las reivindicaciones políticas de la clase obrera, del campesinado y del resto de clases revolucionarias como las únicas soluciones acertadas para sacar al país del estado de vasallaje y atraso en que se encuentra. Las masas populares irán haciendo cada más suyas tales reivindicaiones, conscientemente, y, armadas con los programas y políticas de la revolución pasarán a la acción revolucionaria. En estas condiciones la Unión Nacional de Oposición no puede hacer una sola concesión al enemigo; debe, por el contrario, defender sin vacilación alguna todos y cada uno de sus puntos programáticos, y combatir las ilusiones que los reaccionarios tejen alrededor de las perspectivas del gobierno de Alfonso López Michelsen. El programa presidencial de López favorece al gran capital imperialista yanqui y a sus testaferros colombianos: la gran burguesía y los grandes terratenientes. Los derechos democráticos que conquisten las masas, así como su preservación, serán exclusivamente fruto de su lucha. Las condiciones están dadas para que en medio del oportunismo que ha desatado el “nuevo” gobierno sea la revolución la que trace el camino de la emancipación del pueblo colombiano. Nuestra obligación es ponernos al frente de tan tremenda responsabilidad histórica.
4) Los últimos acontecimientos han llevado a la creencia generalizada de que el gobierno de López no tiene contradictores y que el papel de las fuerzas opuestas al régimen se reduce a una expectativa benévola. A la creación de tal ambiente pernicioso ha contribuido el desvergonzado apoyo que destacados dirigentes de la ANAPO le han venido dando al gobierno con la desacreditada táctica de “apoyar lo positivo y combatir lo negativo” del llamado “mandato claro”. También son criticables ciertas declaraciones y actitudes desafortunadas de algunos de los más conocidos voceros de la UNO. Lo anterior ha producido confusión natural tanto en nuestras filas como en el seno de las masas que observan de cerca el proceso que estamos viviendo. En más de una ocasión dirigentes de la UNO han acallado las protestas de militantes de base y de gentes del pueblo que depositaron su voto por nuestros candidatos, cuando con justicia señalan nuestras fallas y desaciertos. Debemos enmendar esta situación, por lo menos en lo que a nosotros respecta. No sólo para responder a los compromisos revolucionarios contraídos con el pueblo, sino para consolidar la UNO y despejar su porvenir.
RESUELVE:
PRIMERO.- Invitar a todo nivel a los miembros de los distintos comandos de la UNO a que se pronuncien sobre las determinaciones adoptadas por nuestra dirección nacional o por nuestros representantes en las corporaciones públicas. Que se discutan y aprueben en los respectivos comandos de la Unión Nacional de Oposición todas las críticas y sugerencias que las masas tengan que hacer a este respecto, y las hagan llegar al Comando Nacional.
SEGUNDO.- Invitar a todo nivel a los miembros de los distintos comandos de la UNO a que discutan en lo sucesivo con las masas de sus localidades las cuestiones relacionadas con la acción parlamentaria de la UNO. Permitir, sin cortapisas ni presiones, que las masas hagan saber libremente sus opiniones en los respectivos comandos sobre este asunto, y aplicar así el principio revolucionario de que los electores pueden y deben vigilar y criticar la conducta de los elegidos.