BUCARAMANGA DERROTA EL ESTADO DE SITIO

Durante diez días consecutivos la clase obrera y el pueblo de Bucaramanga batallaron sin cesar contra el alza del transporte, la escasez de gas y la represión oficial en una lucha que por su amplitud y heroísmo no tiene precedentes en los últimos años en las ciudades capitales del país.

A la cabeza de esta importante rebelión popular estuvo en todo momento el proletariado bumangués que logró movilizar al 95% de la ciudadanía en procura de sus reivindicaciones y derechos. Veamos cómo de desarrolló el conflicto.

PRIMEROS ENFRENTAMIENTOS

El 28 de octubre el INTRA decretó para Bucaramanga una sorpresiva alza del 100% en las tarifas del transporte urbano y recortó notablemente las rutas de buses en detrimento de los habitantes de los barrios populares de esa ciudad. Tal fue la chispa que encendió la justificada indignación popular. A partir de ese momento diversos sectores de la ciudadanía comenzaron a manifestar pública y masivamente su rechazo a tan arbitrarias medidas. Varias organizaciones sindicales y estudiantiles convocaron mítines en los lugares céntricos de la ciudad con el fin de preparar lo que más tarde sería un movimiento cívico de gran envergadura. Las fuerzas de policía reprimieron brutalmente todo acto público de protesta y procedieron a detener numerosas personas.

LA PRIMERA VÍCTIMA

El día 30 se llevó a cabo una gigantesca manifestación popular organizada por un considerable número de organizaciones obreras y por la Asociación Universitaria de Santander (AUDESA) y que conto con un amplio respaldo de las gentes sencillas de Bucaramanga. A los manifestantes , el gobierno enfrentó varias columnas del ejército que procedieron a disolver la marcha con tiros de fusil. El joven estudiante de secundaria Jorge Eliécer Ariza cayó mortalmente herido por un disparo a quemarropa. Junto con él fueron heridos a bala seis estudiantes más y un obrero. El número de detenidos pasó del medio centenar. Horas más tarde el alcalde decreto el toque de queda y ordenó la militarización total de la ciudad.

Al día siguiente miles de trabajadores, estudiantes y amas de casa se volcaron a las calles a construir barricadas para enfrentar los ataques del ejército y la policía. En todos los barrios populares comenzaron a formarse comités cívicos que se constituyeron en los organismos de dirección del movimiento.

En las horas de la madrugada del sábado 1° de noviembre falleció el estudiante Jorge Eliécer Ariza. Su entierro fue una extraordinaria demostración de solidaridad combativa. Asistieron más de 15.000 personas que posteriormente realizaron mítines en el centro de la ciudad. De nuevo se sucedieron los disparos del ejército y las detenciones. Durante esta jornada de lucha fueron arrestados catorce obreros del sindicato metalmecánico de Santander.

ORGANIZACIÓN, PROGRAMA DE LUCHA Y CABILDO ABIERTO

El 3 de noviembre las calles de Bucaramanga amanecieron totalmente bloqueadas por miles de amas de casa que construían barricadas con cilindros de gas.
La distribución del gas propano había sido fuertemente restringuida causando enormes perjuicios a numerosísimas familias de escasos recursos. Ese mismo día se conformó un organismo central para la dirección del movimiento integrado por representantes de los comités cívicos, de la Federación Santandereana de Trabajadores (FESTRA), de la Unión de Trabajadores de Santander (UTRASAN), de los trabajadores bancarios, del magisterio y de AUDESA. El programa de lucha planteado por este comité contemplaba los siguientes puntos: rebaja de las tarifas de los buses urbanos, eliminación del nuevo sistema de rutas, arreglo de las vías públicas, suministro adecuado de gas propano, libertad de todos los detenidos y suspensión del toque de queda y de la militarización de la ciudad. Se decidió también convocar un cabildo abierto para discutir los diferentes problemas del momento. Esa noche fue disulta por la tropa una multitudinaria concentración que se desarrollaba en el Parque García Rovira y que esperaba la realización del cabildo abierto. El concejal del MOIR, Gildardo Jiménez, fue detenido con otros dirigentes del movimiento entre los que figuraban Tiberio Trespalacios, presidente nacional de ACEINEM, Gerardo Ardila, presidente de la Asociación de Profesores de Secundaria, Carlos Duarte, obrero metalúrgico y 20 personas más.

EL PARO CÍVICO

Para los días 4 y 5 de noviembre las organizaciones populares convocaron a un paro cívico que contó con la particiapación combativa de toda la ciudadanía y decenas de organizaciones gremiales. Las fábricas y el comercio quedaron completamente paralizados y las vías de acceso a la ciudad fueron bloqueadas por las gentes. El pueblo bumangués resistió valientemente los infructuosos intentos de la policía y el ejército por detener la oleada de rebeldía popular. Fueron heridos a tiros o con bombas de gases lacrimógenos trece personas, varias de ellas de gravedad. Los detenidos sumaron más de 100 y se anunciaron consejos verbales de guerra contra nueve de ellos. En los municipios cercanos a Bucaramanga como Piedecuesta y Floridablanca estudiantes y trabajadores realizaron manifestaciones de apoyo y solidaridad con el pueblo de la ciudad vecina.

La insurrección de Bucaramanga muestra dos cuestiones importantes al pueblo colombiano. En primer lugar, quedó al desnudo la catadura sanguinaria y profundamente reaccionaria del gobierno de López Michelsen. En segundo lugar, quedó plenamente demostrado que el pueblo es capaz de derrotar con su lucha cualquier medida represiva, empezando por el Estado de Sitio.