Rodolfo Gutiérrez, presidente nacional de la USO: «EN LA DEFENSA DE ECOPETROL Y DE NUESTROS DERECHOS LABORALES»

La Unión Sindical Obrera, la organización de los trabajadores del petróleo, se apresta a cumplir ochenta años de existencia, justo en momentos en que la arremetida del imperio se ha hecho tan furiosa, que no vacilará, como lo prueba el caso del Iraq, ni en desatar la guerra por el crudo de los demás países.

Al frente de la USO se halla hoy Rodolfo Gutiérrez Niño, un bumangués de 55 años, trabajador de la Refinería de Barranca, a la que ingresó en 1970. Todavía como activista, participó en la huelga de 1971 y en la de 1977. En enero de 1978 fue nombrado por vez primera en un cargo de dirección sindical. Por esta misma época tomó la decisión de militar en el MOIR.

En las elecciones de junio pasado, Gutiérrez Niño llegó a la presidencia nacional de la USO.

Tribuna Roja. Compañero Gutiérrez, ¿cuál es, a su juicio, el principal problema de la política petrolera?

Rodolfo Gutiérrez. Que Colombia no es un país soberano. Resulta muy lesivo para nuestra nación que, en un campo tan estratégico como el de los hidrocarburos, sea el propio gobierno el que esté renunciando a la soberanía económica para beneficiar intereses foráneos.

En anteriores épocas se conquistaron varias disposiciones encaminadas al robustecimiento de Ecopetrol. Una de ellas, el desarrollo de la refinación, que en Barranca tuvo progresos importantes, como la Unidad de Balance, las unidades de crackeo y la petroquímica. Además, en los campos revertidos se mejoró el recobro, la empresa acometió exploración por su propia cuenta y se optimizó y amplió la red de ductos y estaciones de almacenamiento. Se veía a la empresa como motor de la industria petrolera y de la industria nacional. Hoy en día se ha echado atrás tal estrategia.

TR. ¿Cuáles son las medidas que, en su concepto, la revierten?

Rodolfo Gutiérrez. Con el modelo de apertura y privatizaciones que el imperio viene impulsando globalmente desde 1990, la empresa estatal ha sufrido un continuo proceso de debilitamiento. Barco, Gaviria, Samper y Pastrana no hicieron más que reajustar las políticas petroleras para favorecer, no el interés de la nación, sino el de los consorcios extranjeros. Uribe Vélez profundizará el mismo proceso.

La argucia que uno oye en los medios oficiales es que sin inversión foránea no hay ninguna salida, pues somos un país subdesarrollado y sin capacidad técnica; y, además, que ninguna trasnacional se animará a venir si la ley no le otorga generosas prebendas.

Con planteamiento tan servil, los gobiernos neoliberales mermaron sustancialmente el porcentaje que le toca a Ecopetrol en los contratos de asociación. De un régimen de 50-50, en que iban por igual Ecopetrol y la asociada, se pasó a otro de 30-70, en que la parte del león se la llevan las asociadas.

Se añade a lo anterior el creciente recorte presupuestal que ha venido sufriendo Ecopetrol. Es tan enorme y perjudicial, que la empresa se ha visto cada vez más limitada en su actividad independiente. Y, encima de eso, las utilidades que produce la empresa no se reinvierten en la modernización de las instalaciones industriales, sino que se destinan a resolver otros problemas. Aquí el gobierno está aplicando un enfoque distorsionado. Porque es fortaleciendo a la empresa estatal, y no debilitándola, como podrá seguir haciendo ella significativos aportes al presupuesto nacional y a la salud y educación de los colombianos.

Se han hecho sustanciales recortes incluso en el presupuesto básico de Ecopetrol, el del mantenimiento rutinario de las instalaciones, que, por ser áreas de alto riesgo, exigen las más estrictas normas y garantías de seguridad según estándares internacionales. Se ha eliminado por completo el mantenimiento preventivo, y el correctivo tan solo se hace a medias. ¿A qué condujo todo esto? A que por la obsolescencia de los equipos y la inseguridad operacional, se sufrió hace muy poco una parálisis que llevó al desabastecimiento. ¡El Complejo Industrial de Barrancabermeja llegó a tener 1.200 equipos en mal estado! A raíz de la enérgica denuncia de la USO, se emprendió desde el año pasado un plan de choque, pero hasta ahora solo se ha logrado superar la emergencia en 50%.

TR. ¿Cómo incide el recorte presupuestal en la política exploratoria?

Rodolfo Gutiérrez. Del presupuesto operacional, 70% está destinado a atender los desventajosos compromisos que Ecopetrol asumió con el capital trasnacional. Lo anterior desestimula la operación directa y la actividad exploratoria. Los últimos índices muestran que a lo sumo hemos hecho un pozo exploratorio por año, y hay años en que hemos pasado en blanco.

Ecopetrol ha abandonado su misión como empresa industrial y comercial del Estado, que consiste en manejar la riqueza petrolera del país, comprendidas la exploración, producción, refinación, transporte, comercialización y distribución. Desde hace unos quince años se abandonó la actividad básica de perforación exploratoria, absolutamente vital para cualquier empresa de petróleos.

Hay otra desventaja manifiesta frente a los grandes monopolios extranjeros. Ecopetrol se sostiene con los campos que han revertido a la nación, entre ellos la célebre Concesión de Mares, aún en producción después de setenta u ochenta años. Sin excepción ninguna, todos estos campos son devueltos en franco declive. Aun así, con el esfuerzo de técnicos, administradores y trabajadores colombianos, siguen suministrando crudo a las refinerías. Pero mientras que Ecopetrol debe tratar de subsistir con campos ya agotados, a las trasnacionales se les entregan los campos más ricos, como Caño Limón, Cusiana, Cupiagua, Chuchupa y Ballena. Aquí lo que se confirma una vez más es que el problema de fondo es de soberanía.

TR. Se anuncia que también los oleoductos van a ser privatizados.

Rodolfo Gutiérrez. La reforma al Reglamento Operativo del Transporte apunta a privatizar los poliductos. Dicho reglamento va a acabar con el monopolio del que en la actualidad goza Ecopetrol sobre las tuberías que conducen los derivados hacia los centros de consumo, y le permitirá al capital foráneo importar directamente los productos refinados, utilizando la infraestructura de transporte y almacenamiento que hoy tiene Ecopetrol, infraestructura construida por la nación en décadas de esfuerzo.

TR. Algo muy similar a lo ocurrido en Telecom.

Rodolfo Gutiérrez. Exactamente. La Unión Sindical Obrera se ha opuesto a ese proyecto. La actual política de precios en el mercado nacional e internacional desestimula la importación de derivados; pero cuando las condiciones cambien, el país podría verse abocado a tener que parar las refinerías, pues el Reglamento Orgánico del Transporte sacaría de línea la refinación directa.

TR. ¿Qué opinión tienen ustedes sobre el proyecto que busca liberar los precios del gas?

Rodolfo Gutiérrez. Los proyectos que están sobre la mesa y que persiguen eliminar los subsidios a la gasolina, el ACPM y el gas benefician a los inversionistas extranjeros, en abierto perjuicio de la población colombiana. La USO no comparte el argumento del gobierno de que «un alza en los precios no va a incidir en los sectores pobres, porque se trata de un impuesto a los ricos». La verdad monda y lironda es que el encarecimiento de los combustibles y del gas natural hará mucho más precarias las condiciones de vida de las amplias mayorías. Si suben los pasajes y los servicios –pues no hay que olvidar que en Colombia los combustibles alimentan también la generación de energía y, en general, el aparato productivo—, el impacto de la cadena alcista recaerá pesadamente sobre el pueblo.

TR. Es inminente que reviertan al país una serie de contratos de asociación. ¿Qué ha dicho la USO sobre el tema?

Rodolfo Gutiérrez. Desde la época de la Concesión de Mares, la USO ha defendido en forma resuelta que las reversiones han de hacerse efectivas. Recuerden ustedes que esta famosa Concesión, en manos de la Tropical Oil, debía pasar a la nación en forma automática. Pero resulta que el gobierno de Ospina, la Standard Oil y los medios desataron una campaña perniciosa para tratar de demostrar que Colombia no estaba preparada, pues no tenía ni capacidad económica ni técnica ni administrativa. Fue la USO, con la patriótica huelga de 1948, la que forzó la reversión e hizo posible el nacimiento de Ecopetrol. Y se vio que el país sí era capaz.

El propósito permanente de los gobiernos neoliberales y de la alta administración de Ecopetrol ha sido prorrogar los contratos de concesión y asociación que se hallaban a punto de vencer, y de nuevo la USO debió salir al paso para impedir el atropello. Me refiero a los campos de Sabana de Torres, Zulia, Neiva, Cocorná, Putumayo y Castilla. En defensa del interés nacional, la USO convocó numerosos foros, asambleas y movilizaciones, que contaron con la presencia de alcaldes, concejales, diputados y congresistas, además de representantes de todos los sectores sociales y productivos.

Cocorná está a punto también de revertir y, ni corta ni perezosa, la Omimex ha puesto en juego su influencia para obtener la prórroga. La USO exige que se cumpla la reversión y está llamando a la opinión pública a que nos acompañe en tan patriótica campaña.

En resumen, se le quiere quitar a Ecopetrol lo único que le queda, las reversiones. El día que a Colombia se le cierre esa puerta, estaremos signando la liquidación de la empresa.

TR. Uribe Vélez se halla comprometido a fondo con el ALCA. A su juicio, qué repercusiones va a tener este tratado en el sector de los hidrocarburos.

Rodolfo Gutiérrez. El ALCA es la culminación de la apertura, llamada por los círculos del capital financiero imperialista «internacionalización de la economía» o «globalización».

En su ofensiva por apoderarse del mercado petrolero mundial, acudiendo incluso al avasallamiento de países como Iraq, Estados Unidos busca quedarse con todo el crudo colombiano. El ALCA le facilita este proceso, y las beneficiarias serán la Chevron-Texaco, la Exxon-Mobil, la BP-Amoco y demás grandes corporaciones.

TR. ¿Cómo ve usted la situación laboral de los trabajadores de Ecopetrol?

Rodolfo Gutiérrez. Muy difícil. Ha sido una lucha denodada de resistencia para que el enemigo no nos arrebate los derechos adquiridos. Prueba de ello fue la batalla contra el régimen de Gaviria para que no quedaran los trabajadores de Ecopetrol incorporados a la nefasta ley 100.

El Fondo Monetario Internacional les ha exigido a todos los gobiernos, y el de Uribe no es la excepción, adelantar una agresiva arremetida contra salarios y pensiones. Ya está cursando en el Congreso la reforma pensional y se anuncia una drástica reforma laboral, que hará aún más penosa la situación de los trabajadores. Además, en el referendo está incluida la congelación de los salarios.

La USO ha expresado en repetidas ocasiones que saldrá a dar resueltamente la batalla. No se trata de una contienda aislada por defender únicamente nuestro régimen especial de pensiones. Combatiremos al lado de los demás sectores por el interés general de nuestra clase. La USO está abierta a las convocatorias de las centrales obreras y del Comando Nacional Unitario.

Valiéndose de los medios de comunicación, Uribe intenta culpar a los trabajadores por la enorme tragedia en la que la apertura económica ha sumido al país. Pero la clase obrera jamás ha estado al frente de los destinos de Colombia. Ministros como Juan Luis Londoño tampoco cesan de señalar a los trabajadores como un sector de privilegiados, para barrer así los derechos conquistados en setenta años de luchas. En este sentido la USO es vertical, inflexible. No cederemos nuestros derechos y continuaremos animando a nuestras bases y al resto del movimiento sindical y popular a conformar un gran Frente de Resistencia.

TR. Compañero Gutiérrez, cuál es en líneas generales su programa para el período que le corresponde como presidente nacional de la USO.

Rodolfo Gutiérrez. En primerísimo orden, la lucha por fortalecer a Ecopetrol, en contravía de las siniestras intenciones del imperialismo, el gobierno y las trasnacionales. Es el principal reto.

El segundo punto radica en defender la existencia misma de la USO. Impulsaremos la unidad interna y rechazaremos los asesinatos de dirigentes, las detenciones, los despidos, los procesos penales y disciplinarios, los destierros, los secuestros y demás formas de represión contra la actividad sindical. Y, desde luego, nos mantendremos fieles a los métodos democráticos de lucha.

El tercer eje guarda relación con la agenda legislativa del gobierno, que es la misma del Fondo Monetario Internacional. Allí están incluidas la reforma de pensiones, la laboral, el mal llamado impuesto democrático de seguridad, la Conmoción Interior, el ALCA, el referendo, que merecen nuestro total repudio. Condenamos también que sean eliminados los derechos extralegales de los trabajadores del Estado.

Y el cuarto compromiso, pero no el menos importante, radica en impulsar la más amplia unidad del pueblo de Colombia contra el imperialismo norteamericano y por la defensa de la producción nacional, tanto industrial como agrícola.

Por último, vale la pena hacer hincapié en que la USO es una institución completamente autónoma, independiente y democrática, y no se encuentra alineada con ninguna organización política. Haremos todos los esfuerzos necesarios por impedir que sea estigmatizada y se convierta en blanco del terror.