(Rechazamos cierre de oficinas en Banrepública y la liquidación del BCH y el Banestado)
Por Ólger David Forero
El antiguo Banco Cafetero, hoy Bancafe, cerrará cien oficinas y despedirá a dos mil trabajadores.
La abultada deuda externa pública y privada, la desindustrialización, la ruina en el campo, el desempleo y el abaratamiento de la mano de obra, las altas tasas de interés, afectaron la capacidad de compra de los colombianos. En consecuencia, en los diez años de la apertura el ahorro nacional disminuyó drásticamente y los sectores productivos se quebraron, de modo que, por reflejo, la banca pública entró en crisis y, por tanto, también el Bancafe. Además, la administración del Banco, acatando las orientaciones del BM, del FMI y del gobierno de Pastrana, no le presta al caficultor; únicamente 4% de su cartera está ubicada en el fomento del sector cafetero y 96% se concentra en sectores diferentes.
A esto se suma la campaña de prensa orientada a buscar el retiro de sus clientes con el cínico pretexto de combatir la corrupción, con el cual se busca justificar el cierre de la banca pública o su privatización. Ya fueron liquidados otros dos bancos oficiales, el BCH y el Banestado. Y ahora, como las muchas oficinas de Bancafe son un obstáculo para la expansión de la banca privada, nacional y extranjera, se van a cerrar cien de ellas. Todo esto configura un plan siniestro del gobierno que apunta a eliminar la rentabilidad e incluso la existencia de Bancafe.
Dado que en la negociación del último pliego los trabajadores de la institución dieron con su huelga un ejemplo de altivez, nos compete incrementar este espíritu de descontento. Si casi la mitad de los trabajadores están a las puertas del despido, y rechacemos cualquier plan de retiro “voluntario” o expresiones de resignación o acomodo ante los atropellos.
El gobierno, por intermedio de Fogafin, tomó posesión del banco para privatizarlo. Este rumbo se vio facilitado al pactarse en la última convención colectiva la pérdida para los nuevos trabajadores de una serie de conquistas. Las direcciones sindicales deben cambiar posturas inconsecuentes, como las asumidas en los resultados finales de las negociaciones de los pliegos.
UNEB, Astraban, Anebre, ACEB y Sintrabancol debemos hacer una sola causa para defender Bancafe; para denunciar el despido de 3.700 compañeros del BCH y del Banco del Estado, que fueron arrojados de las oficinas, como antes en la Caja Agraria; para rechazar el despojo de $ 600 mil millones que hacían parte del Fondo Pensional del ISS, dueño del BCH; y para repudiar el cierre que se hizo de la oficina del Banrepública en Buenaventura, y de otras cuatro que ya se han programado. En la banca privada se anuncian casi cinco mil despidos, de tal manera que alrededor de veinte mil trabajadores van al asfalto, casi la tercera parte de la fuerza laboral bancaria.
Ante la gravedad de la situación, consideramos que es urgente convocar un encuentro nacional bancario que programe tareas de fondo encaminadas a impedir todos estos desafueros. El evento debe ser seguido de encuentros regionales que promuevan y ejecuten estas tareas y que jalonen subsiguientes movilizaciones y batallas en todos los municipios. Esta lucha habrá de contar con la solidaridad inmediata de todos los bancarios y sus sindicatos, especialmente de la CUT y del Comando Nacional Unitario de Paro. El paro de medio día del 16 de marzo en Bancafe fue un buen comienzo, pero no basta.
El MOIR propone que el movimiento sindical bancario: a) Señale el papel del imperialismo en la banca como contrario a los intereses de la nación y combata la política de más entrega de la nación al imperialismo por el gobierno de Pastrana; b) Pugne por una línea de masas y declare el rechazo a toda acción que se haga aislada de los trabajadores; c) Se comprometa a una irrestricta defensa de los derechos de los trabajadores; d) Practique la democracia interna en la vida de las organizaciones sindicales y combata el sectarismo; e) Impulse el sindicalismo de industria y la unidad del movimiento obrero colombiano.