LA TOMA DE BOGOTÁ POR LA ASOCIACIÓN NACIONAL POR LA SALVACIÓN AGROPECUARIA

Del Discurso de Ángel María Caballero

Saludo a todos los productores agrícolas que con tanto esfuerzo y sacrificio se han desplazado por su cuenta desde todas las regiones del país hasta esta Plaza de Bolívar, con una vocación irreductible de cambiarle el rumbo al agro colombiano y para señalarle al gobierno que hay un profundo descontento con la política agraria que está arruinando el campo.

Al doctor Pastrana vinimos a decirle que deje de estar negociando tratados como el Alca, que con la apertura completa van a traer la ruina generalizada de los países de América Latina, mientras se fortalece aún más la economía de Estados Unidos, que hoy representa 80% de la del Continente. Que el presidente se preocupe más bien por los problemas de Colombia y por la producción nacional. No más aplicación de las órdenes del FMI y el Banco Mundial, cuya única solución para el campo es la de remplazar los cultivos transitorios por cultivos permanentes.

Exigimos velar por la seguridad alimentaria, que es nada más y nada menos que la defensa de la soberanía nacional y el respeto por los productores del campo. Es que es muy grande la irresponsabilidad de este gobierno. No encontramos de dónde puede sacar el ministro de Agricultura sus declaraciones de que el agro colombiano jalonó el PIB con más de 5.5%. Es una gran mentira. El año pasado, el banano bajó de 90 a 83 millones de cajas; el café cayó de 17 millones de sacos a 9 millones entre 1997 y 2000; el arroz cayó en 10% y la papa apenas se sostuvo, pero después de más de 700 mil millones de pérdidas durante dieciocho meses, con la consiguiente quiebra para muchos. Se importaron hasta hortalizas y frutas, pero, según el ministro de Agricultura, la reactivación del agro tuvo como base las hortalizas.

No son hábiles ni para mentir. La reactivación es una farsa; se da solo en los titulares de prensa. Como no hay reactivación del agro, reactivan las cifras, pretendiendo engañar a los agricultores y al país, montando un espejismo con la gran falacia del desarrollo del agro colombiano.

Por eso estamos en esta plaza. Porque no vamos a permitir que nos sigan mintiendo. Recorreremos el país aglutinando a las gentes laboriosas de Colombia para decirles que no podrá haber progreso mientras el campo pierda poder adquisitivo y baje su demanda de bienes y servicios; que no puede crecer la economía si se aplican todas las medidas del FMI, cuyo solo objetivo es el de expoliar a los colombianos, y si se continúa con los tratados que entregan de par en par las puertas de nuestro mercado para que la producción y el trabajo nacionales sean únicamente para beneficio de la economía extranjera.

Pedimos respeto para los productores, pedimos respeto para los cultivos transitorios y pedimos la emergencia económica para el agro, pues si el sector parasitario de la economía, el sector financiero, tuvo el apoyo del gobierno con más de siete billones de pesos, es apenas justo que los agricultores tengan condonación general para sus deudas que, acumuladas por años y años, no alcanzan a sumar ni el medio billón.

Salvación Agropecuaria le entregará al doctor Pastrana una carta en la cual se plantean las soluciones básicas para la verdadera reactivación del campo. Pero como es bien posible que ni respuesta protocolaria tengamos del gobierno, aquí, en este mismo instante, en el corazón de la República y frente a los miles de dirigentes llegados de todas las regiones de Colombia en representación de millones de compatriotas, pilares de nuestra economía y de nuestra nacionalidad, ¡pido que quienes estén de acuerdo con el Paro Nacional Agropecuario para el mes de julio, levanten conmigo la mano! Miles de puños en alto en esta histórica plaza señalan que está aprobado el Paro en la fecha y hora que fije Salvación Agropecuaria.


Del discurso de Jorge Enrique Robledo

Que tome nota el doctor Pastrana; que tomen nota los demás correveidiles de las potencias extranjeras en Colombia, porque si esta notificación perentoria que hoy le hacemos de manera civilizada a Pastrana y a la pandilla que lo rodea no tiene una respuesta satisfactoria, la próxima cita que les pondremos a esos personajes será en el mes de julio en las carreteras de Colombia, como ya lo notificó Ángel María Caballero.

Nunca la situación, compañeros campesinos, empresarios e indígenas de Colombia, había sido peor en un país donde jamás el agro ha contado con garantías suficientes. En la última década desaparecieron 800 mil hectáreas de cultivos transitorios y temporales. Perdimos 200 mil hectáreas de café y, lo que es aún más vergonzoso y humillante, esta panda que nos gobierna convirtió a Colombia en un país que importa ocho millones de toneladas de comida, entregándoles a monopolios extranjeros, cuyos dueños no abonan con su sudor los surcos de la patria, lo que se les niega a los campesinos y empresarios del campo. Y en su cinismo, estos señoritos, que hablan mejor inglés que español y que se inclinan temblorosos ante el amo norteamericano, han venido a salirnos con el cuento de que si el campo está quebrado, es porque los productores colombianos son perezosos e ineficientes . ¡Mienten, mienten! Faltan a la verdad en materia grave. Esas manos callosas que hoy les parecen ineficientes son las que han sostenido a este país por más de 150 años. No son los señoritos de Palacio los que han creado la riqueza nacional.

¿Qué es lo que está ocurriendo con el agro colombiano? Todo el mundo lo sabe, y por eso está hoy aquí con nosotros el presidente del Senado, el doctor Mario Uribe Escobar, en gesto que lo enaltece. ¿Qué es lo que está pasando? Que lo que hay en el campo es una batalla de intereses: la batalla de las trasnacionales extranjeras, sobre todo norteamericanas, contra los capitalistas no monopolistas y el campesinado colombianos. Y esa batalla no la ganaremos hablando bonito, compañeros, sino en actos como este y parándonos firmes en las carreteras de Colombia.

Como lo dijo Ángel María Caballero, hoy vamos a definir aquí el más grande paro nacional agropecuario que se haya hecho en la República de Colombia. Un paro que no busca otro propósito distinto a que el gobierno, de una manera seria, se siente con nosotros a negociar y a acordar los puntos fundamentales del programa de Salvación Agropecuaria.

Este paro lo vamos a hacer al lado de donde vive la gente, gritándole a Pastrana con firmeza que si al agro nacional lo van a acabar, van a tener que acabarlo peleando, porque Salvación Agropecuaria no se arrodillará.

Estamos proponiendo una política de unidad e invito a todas las organizaciones del agro a que en los próximos días convengamos los mecanismos pertinentes para que todas, sin excepción, se paren con nosotros en las carreteras de Colombia.

Y esta propuesta de unidad va más allá. Me complace anunciar que hoy está acompañándonos Julio Roberto Gómez, presidente de la CGTD y uno de los miembros del Comando Nacional de Paro de las Centrales Obreras, a las que extendemos, por su conducto, una invitación formal para que en ese día se lancen, también ellos, a un paro general en todo el territorio de la patria.

Los llamo a que salgamos, cada uno de nosotros, a decirles a nuestros amigos, a nuestros vecinos, a nuestros familiares, que en medio de la oscuridad en que está hundida la nación hay una luz prendida, la de la rebeldía, la luz de la Salvación Agropecuaria.

¡Démosle todos, el próximo mes de julio, un viraje trascendental a la política agropecuaria de Colombia!


Del discurso de Mario Uribe Escobar

Presidente del Senado

Un saludo fraternal para todos ustedes, campesinos productores agropecuarios de Colombia. Estamos aquí acompañándolos porque los entendemos, los justificamos, porque sabemos de la bondad de sus reclamos pero, sobre todo, por la necesidad de resolver cuanto antes los reclamos y quejas de todos ustedes.

Y vine a decirles que apoyamos las demandas sobre la condonación total, absoluta de las deudas que ustedes han contraído en estos años. Es que los cafeteros, y en general los productores de Colombia no han pagado no porque no se les dé la gana, o porque quieran guardar su dinero, ni porque sean malos sujetos de crédito, no, presidente Pastrana, los agricultores de Colombia no han pagado sus deudas lisa y llanamente porque no pueden hacerlo, porque es tan profunda la crisis, porque son tantas las amenazas que soportan, que les ha sido imposible acumular los recursos necesarios para devolverlos a las entidades crediticias y a los acreedores extrabancarios.

Los bajos precios, las importaciones de productos venidos de manera subsidiada y la violencia generalizada han hecho que los productores agrarios hayan tenido durante todos estos años una rentabilidad operacional negativa, que no les ha permitido pagar los créditos sin poner en riesgo su propia subsistencia y la de sus familias.

Por no ser ellos los responsables de la crisis, sino las medidas equivocadas que se han venido tomando a lo largo de los años, particularmente en la última década, es por lo que se requiere el perdón total de sus deudas.

Este país necesita que se ponga freno a la importación indiscriminada de productos agropecuarios, financiados preferencialmente por los países desarrollados, subsidiados por ellos. Mientras al país sigan entrando miles de toneladas sin control alguno, no será posible que ustedes obtengan un precio retributivo por la actividad que estén desarrollando.

Por esta apertura indiscriminada, los campesinos de Colombia han sido condenados por los gobiernos de turno a una pobreza irredimible. Mientras tengan que soportar el peso de importaciones de productos más baratos, no tendrán redención posible.

Este país, en fin, necesita que se suspendan las demandas, los secuestros, los embargos y los remates contra los productores pequeños y medianos del sector agropecuario. Las autoridades no pueden darse el lujo de privar a los productores rurales de las propiedades que ellos han defendido con sudor durante años y años, para bien suyo, para bien de sus familias y para bien de la patria.

En nombre de todos ustedes, quiero decir: oiga, presidente Pastrana, donde se encuentre, por favor entienda que este es un clamor generalizado de los productores de Colombia que no admiten, que no van a admitir que se les rematen sus bienes por cuenta de unas deudas impagables.

Finalmente, queridos compatriotas, hombres y mujeres venidos de todos los confines de esta patria martirizada, con convencimiento pleno quiero decirles que los vamos a seguir acompañando; que ojalá ustedes no tengan que hacer el paro que han decretado con toda justicia, dada la indolencia, la desatención, la falta de oídos de estos gobiernos y dirigentes que no entienden sus reclamos, sus clamores, sus exigencias.


Otras intervenciones

Orlando Fernández

Presidente Asociación Agropecuaria del Huila

Con la dirección de Salvación Agropecuaria, vamos a proseguir esta lucha. Y con esta marcha le estamos dando un campanazo de alerta al señor Pastrana, porque los campesinos estamos cansados, hastiados, indignados de tanto abandono, de tanta burla del gobierno nacional. Ratificamos nuestra decisión de redoblar esfuerzos para preparar ese gran paro nacional agropecuario de carácter indefinido que hoy hemos aprobado en esta plaza, frente al Libertador Simón Bolívar, contra la indolencia e incapacidad de quienes nos gobiernan.


Adolfo León Palacio

Unidad Cafetera de Antioquia

Permítanme resaltar la tarea de defensa de los cafeteros que de manera permanente hacen la Unidad Cafetera e instituciones como el Grupo Candela del municipio de Andes, en el suroeste antioqueño. Permítanme decir que dada esa crisis terrible que está viviendo el café, que se requieren medidas del gobierno para enfrentarla, medidas profundas y realistas: condonación total de la deuda, y no sólo la que es irrecuperable, también la deuda buena; de aquella que con muchísimo esfuerzo han mantenido al día muchos productores.


Leonel Juvinao

Presidente de la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria del Magdalena

El Banco Agrario es un banco abierto para los poderosos y un banco blindado para los pobres y los campesinos, que no tienen acceso a ningún crédito. Cuando nosotros pedimos la condonación de las deudas agropecuarias no estamos pidiendo limosnas ni dádivas, pues consideramos que es una deuda social del Estado para el sector agropecuario, que se ha visto arruinado después de diez años de política aperturista. Nosotros estamos al lado de todo el sector agropecuario, y estamos listos; ojalá, como decía el doctor Uribe, no sea necesario el paro; pero si es necesario, estamos listos para hacerlo.


Alberto Caro

Federación de Cultivadores de Papa

Los productores de papa estamos sometidos a los mismos problemas que sufre toda la agricultura colombiana: créditos con tasas de interés confiscatorias, falta de precios de sustentación, carencia de apoyo estatal en transferencia de tecnología e investigación científica, costos de los insumos que suben como en ascensor, e inseguridad en algunas regiones.

Y también como todos ustedes, nos vemos amenazados por las importaciones masivas. En los dos últimos años, el gobierno ha aprobado la importación de papa con su consabida y demagógica disculpa de que los precios están altos y que se debe defender al consumidor. Sin embargo, cuando el precio estuvo bien bajo durante dieciocho meses y los papicultores perdimos más de 700 mil millones de pesos, el gobierno no mostró la más mínima preocupación. Por todo esto, muchos de nosotros apoyamos la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria.

Además hubo intervenciones de Luis Élver Vergara, de la Asociación de Pequeños y Medianos Agricultores del Cauca, Agropemca; Eudoro Álvarez, de la Asociación de Agricultores y Ganaderos del Meta, Agameta; y delegados de la Asociación Agropecuaria de Nariño, en representación de trece municipios, y de la Unidad Panelera Nacional, quienes respaldaron fervorosamente el paro nacional agrario.