Por primera vez, luego de varios años de desmantelar los hospitales públicos de Bogotá, mediante las llamadas políticas de fusión o reestructuración, los trabajadores del Hospital La Victoria decretaron un paro indefinido con el propósito de derrotar esta medida. La consecuente posición de los sindicatos que se han puesto al frente de la batalla, ha recibido el respaldo enérgico de los pobladores de la enorme zona capitalina que se verá afectada, y ya se habla de efectuar un paro cívico de la localidad.
A pesar de la huelga, Mockus mantiene su intransigencia y provocadoramente le aseveró a la comisión negociadora, integrada por sindicatos y usuarios, que no echaría atrás las medidas, pues su decisión es profundizar la política, y que a la mayor brevedad cerraría servicios y despediría centenares de trabajadores en varios hospitales, entre ellos el Simón Bolívar, uno de los más importantes de la capital. A la intransigencia los trabajadores han respondido intensificando la lucha y llamando a sus compañeros de los otros centros hospitalarios a sumarse a ella. Los siguientes son apartes de una declaración emitida por Sinas, Sindess, Sindistritales, Sintravictoria y la Asociación de Usuarios del hospital:
«El pasado 5 de febrero, la junta directiva del hospital La Victoria, de Bogotá, en contravía de los intereses de los habitantes de la zona cuarta y de los derechos de los trabajadores, aprobó el llamado plan de reestructuración que el gobierno venía tratando de imponer, pero que había chocado con la resistencia de los trabajadores y de la población de la zona.
«La junta acordó despedir inmediatamente a casi 150 trabajadores y cerrar las áreas de odontología y cirugía maxilo-facial, y reducir la atención en otras como urgencias, cirugía general, banco de sangre, terapias, entre otras, lo que se suma al cierre ya efectuado de las unidades de quemados y de cirugía plástica. Dentro de unos pocos meses, todas esas secciones también se cerrarán hasta dedicar el hospital solo a la atención de partos.
«La determinación del gobierno pondrá a todos los habitantes de la localidad a vagar angustiosamente por Bogotá en busca de alguna entidad que buenamente les quiera prestar la atención que requieren. Y van a tener que hacerlo, cuando tras decenios de esfuerzos de la comunidad y de los trabajadores, La Victoria llegó a ser uno de los pocos centros hospitalarios de tercer nivel de la ciudad, y es hoy el principal recurso de atención médica para más de medio millón de personas. El hospital, a pesar de las políticas oficiales de recortarle año tras año el presupuesto y de los manejos dolosos de sucesivas administraciones, posee una irremplazable experiencia en el tratamiento de todo clase de enfermedades, incluidas las graves lesiones producidas por accidentes y por la propia violencia e inseguridad reinantes.
La pretensión de liquidar el Hospital La Victoria es otro horrendo crimen del Estado, cometido para obedecer las exigencias del FMI y del imperio gringo, sin que para ello les importe someter a la población a la más cruel penuria. Los dos amos instruyen a los títeres que nos gobiernan para utilizar el grueso de los impuestos en cancelar cumplidamente la enorme deuda externa del país, y en satisfacer el apetito voraz de los capitalistas financieros, quienes apropiándose los dineros que deberían ir directamente a hospitales y centros de salud acrecientan sus gigantescas fortunas privadas.
Al tiempo que el gobierno tomaba su nefasta decisión, y como única respuesta posible al atropello, los distintos sindicatos del Hospital La Victoria, con el apoyo de la asociación de usuarios, declaramos sin vacilaciones el paro indefinido, convencidos de que únicamente mediante la lucha y la más férrea unidad seremos capaces de defender la salud pública y los derechos de los trabajadores, y de derrotar esta nueva infamia de Pastrana y Mockus.»