En agosto de 2002 fuimos favorecidos por la mayoría de la Junta Nacional para la Presidencia del Sindicato, en la persona del compañero Rodolfo Gutiérrez Niño. Pusimos todo nuestro empeño en que la USO tuviera como prioridad enfrentar la ofensiva del gobierno y las multinacionales contra la empresa, la defensa de la convención colectiva y los múltiples problemas que acosan a los compañeros temporales y de contratistas, así como estrechar las relaciones con el Movimiento Sindical y otros sectores sociales. A fe que logramos el objetivo al alcanzar un evidente respaldo interno y externo a las actividades y convocatorias de la USO. De hecho, para lograrlo desarrollamos una política unitaria y consecuente con la plataforma de lucha del sindicato, y teniendo en cuenta siempre la situación nacional e internacional.
Durante los nueve meses de la negociación, hicimos esfuerzos ingentes por mantener la unidad en la lucha contra la privatización de Ecopetrol, el contrapliego, el tribunal de arbitramento y sacar adelante la negociación del pliego de peticiones y la estabilidad del sindicato. La ofensiva del gobierno de Álvaro Uribe e Isaac Yanovich ha sido una de las más arrasadoras en la historia de la USO, y es evidente que hasta la Asamblea Nacional de Delegados del pasado 22 de agosto, resistimos sin ceder la posición patriótica y consecuente que demanda la hora.
Esa Asamblea aprobó negociar el contenido del contrapliego y, como lo señalamos en la declaración pública sobre el conflicto de Ecopetrol, se entró en el terreno de rebajar los derechos conquistados en casi un siglo de luchas.
Es imposible presidir el sindicato después de perder en Junta y Asamblea la votación por nuestra propuesta de no aceptar rebajas en la convención, rechazar las medidas de privatización echadas a andar por Uribe y Yanovich y exigir una solución a la estabilidad del sindicato. Propusimos realizar la Huelga General como única salida ante la aplastante embestida gubernamental contra la empresa, nuestros derechos y el sindicato.
Reafirmamos nuestro acatamiento de la democracia sindical y consideramos necesario renunciar a la Presidencia de la USO, pues por principios no podemos ejecutar la política aprobada. Seguiremos prestos a la lucha ante una reconsideración de esa decisión o la instalación del tribunal de arbitramento. Agradecemos la colaboración recibida en el tiempo que desempeñamos ese importante cargo, y esperamos que la discusión democrática de los puntos de vista expuestos en comunicados y reuniones sobre el asunto eduque a los trabajadores y contribuya a mejorar las condiciones para resistir la toma imperialista del país por parte del gobierno de Estados Unidos.
Fraternalmente,
Rodolfo Gutiérrez, Roberto Schmalbach, Danilo Sánchez, Germán Osman, Gerardo García y Julio Díaz.
(Carta dirigida a la Junta Directiva Nacional de la USO, 3 de septiembre de 2003).