EL CAMPO Y EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO DE NORTEAMERICA: ¿QUIÉN PIERDE Y QUIÉN GANA?

Apartes del artículo de Ecoportal, febrero de 2003, sobre la situación del campo mexicano y las consecuencias del TLC. Editado por TR.

Por Gustavo Castro Soto

En México, más de 80% de los pobres vive en el campo y más de dos millones son agricultores de maíz; 70% de la población rural vive en la pobreza y, de ella, 36% en pobreza extrema. El Banco Mundial reconoce que la indigencia en el campo es mayor que hace 10 años. La conclusión es obvia, el campo está en la ruina.

Desde 1994, cuando entró en vigor el TLC, los precios al consumidor se han incrementado en más de 200%. Por tanto, que los productos entren con precios más bajos por el subsidio del gobierno de EU, no significa que se beneficie el consumidor. Según el Departamento de Agricultura de EU, durante 2003 se incrementó en ocho millones el número de pobres en México, lo que representa dos veces la población total del estado de Chiapas. Esta población es potencialmente migrante, en búsqueda del “sueño americano”.

Desde que entró en vigor el TLC, México cubre 40% de su demanda con importaciones de Canadá y Estados Unidos, profundizando su dependencia y la pérdida de la soberanía. Se pronostica que al final del periodo presidencial de Vicente Fox, en el año 2006, las importaciones cubrirán 70% de la demanda interna.

En 1995 importamos de EU US$3.254 millones y exportamos US$3.835 millones. Sin embargo, en 2001 la balanza agroalimentaria fue negativa, ya que compramos US$2.148 millones más de lo que exportamos. El monto total del déficit en la balanza comercial agro­pecuaria ampliada (que incluye alimentos procesados y bebidas) es de US$9.500 millones de 1994 a 2002.

De los productos que México compra al extranjero, 40% son alimentos; y 70% de los productos que venden los grandes centros comerciales, como WalMart, son importados. Así, de lo que se consume en México, hoy se importa 58.5% del arroz, 43% del sorgo, 25% del maíz, 49% del trigo, 40% de la carne y casi toda la soya. Tan solo en el año 2001 México gastó US$7.415 millones en productos agroali­mentarios mientras que solo exportó US$5.267 millones.

La importación de productos bovinos de EU causó la pérdida de 440 mil empleos entre 1995 y 1998, y redujo a la mitad la producción de ganado en el último año. Desde 1996, la importación de carne de bovino se incrementó en 300%. En el año 2001 se importaron 539.823 toneladas. Entre 1994 y 2001, el porcentaje de carne de res proveniente del extranjero pasó de 17% a 37%, por lo que los ganaderos gringos ganaron más de US$1.500 millones de dólares exportando a México. En esta perspectiva, el sector ganadero seguirá perdiendo y no será competitivo con la producción subsidiada de EU. Tampoco son viables los créditos a la producción de ganado para la exportación ya que siempre se competirá en desventaja. De hecho, en Chiapas hay muchas familias indígenas que han abandonado el campo con el fin de conseguir otros empleos y pagar el proyecto fracasado de ganado.

Entre 1998 y 2000, México compró anualmente 5 millones 369 mil toneladas de maíz a las empresas trasnacionales norteamericanas. Para 2000, el promedio anual de importación a México de los diez cultivos básicos (maíz, fríjol, trigo, sorgo, arroz, etc.) llegó a 18.5 millones de toneladas, lo que significó un 112% de incremento con respecto a 1990. De maíz lo más que México importó antes del TLC fueron 2.5 millones de t, pero en 2001 ya se importaban 6 millones 148 mil t.

El “nuevo gobierno democrático” de Fox permitió en 2001-2002 la entrada de 3 millones 725 mil toneladas de maíz a México sin pagar impuestos, por lo que el gobierno perdió más de 479 millones de dólares. Por si fuera poco, hasta 2002 el gobierno federal no había cobrado impuestos por 367 mil 867 millones de pesos debido a que los banqueros no pagan sus tributos y las grandes empresas logran que Hacienda les haga devoluciones millonarias. Esto equivale a 50% de los ingresos tributarios en el año 2002.

Los impuestos millonarios que no pagan las grandes transnacionales se suman a los que no pagan otras empresas por la entrada de cientos y cientos de productos de todo tipo. Para recuperarlos y cubrir las necesidades del país y del pago de la deuda externa, el gobierno aumenta los impuestos a los mexicanos, con reformas fiscales, disminuyendo los presupuestos, eliminando los subsidios al agua y la energía eléctrica, privatizando más empresas, disminuyendo el gasto social, despidiendo a los trabajadores al servicio del Estado o endeudando más el país.

El TLC estableció que hasta 50 mil toneladas de fríjol entraran a México sin pagar aranceles. Esto se incrementaría en 3% anualmente. Sin embargo, entre 1996 a 1998, la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial autorizó compras externas por 238.946 t sin pago de arancel, afectando a los productores de Zacatecas, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Nayarit.

Del café dependen 3 millones de mexicanos en 280 mil unidades agrícolas, 92% de las cuales tienen menos de 5 hectáreas y aportan cerca de 50% de la producción. El Banco Mundial sabe perfectamente que apoyando a los productores asiáticos para inundar el mercado mundial del café, se provoca en América Latina una estampida de campesinos e indígenas que abandonarán sus tierras ante la crisis cafetalera por los bajos precios del aromático, muchos de ellos ubicados en el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), mientras las multinacionales se benefician comprando café a bajos precios.

México es el cuarto productor mundial de huevo y el sexto de pollo y es el tercer mercado de exportación para el sector avícola de EU. En 2002, México produjo 2.3 millones de toneladas de carne de pollo. Los principales estados productores son Jalisco, Veracruz, Querétaro, Puebla, Guanajuato, Aguasca­lientes, Durango y Coahuila, y solo tres empresas concentran 52% de esa producción: Tyson, Bachoco y Pilgrims México. Siete empresas concentran 40% de la producción de huevo. En 2002, los productores se redujeron de 3.500 a cerca de 800. Recordemos que los costos de producción en EU son 68% menores que en México. Productores mexicanos de pollo confirman que perderán 30 mil empleos en un año, y los porci­cultores señalan que 70% de los 300 mil empleos que generan estarán en riesgo.

El arancel al pollo en 2000 fue de 98% y bajó al 49% en 2002, lo que aumentó la importación a cerca de 130 millones de dólares. Pero los productores estadounidenses se ofrecieron a pagar nuevamente aranceles de 98% el próximo año, e ir bajándolos hasta cero para 2008, si México no continua con la investigación sobre las ventas de pollos enfermos.

Según José J. Femat, líder de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares, «Con los 20 y 30 centavos que nos dan por el kilo de naranja, no podemos sobrevivir». Los trabajadores reciben un ingreso anual promedio de 10 mil pesos (aproximadamente 27 pesos diarios o 2.7 dólares). Así, ni la naranja ni la piña pueden competir con el subsidio extranjero.

Esta innegable crisis en el campo ha llevado a las organizaciones indígenas y campesinas a conformar el movimiento El campo no aguanta más. Y no solo el campo mexicano, sino los pueblos de América Latina ya no aguantan más. En Guatemala, El Salvador, Colombia, Argentina se levantan movimientos de resistencia contra las políticas neolibe­rales que están matando de hambre a la población; en Paraguay hay protestas y en Bolivia luchan contra la privatización del agua; en Chile contra la construcción de presas hidroeléctricas y en Republica Dominicana contra la represión; en Haití contra las privatizaciones de lo poco que les queda y en todo el mundo como rechazo a la guerra de Bush contra el pueblo de Irak.

¿Quién se beneficia con el TLC?

Bimbo, por ejemplo, se benefició con importaciones subsidiadas de trigo de Estados Unidos. En 2001 tuvo ventas de 33 mil 855 millones. También están Pulsar y Savia, de Alfonso Romo Garza, el “padre de los transgénicos”, que comercializa y produce semillas, frutas y hortalizas y que en 2001 tuvo US$1.200 millones de dólares en ventas. El Grupo Gruma, dueño de Maseca, el productor más grande de harina de maíz y tortillas del mundo, que en 2001 hizo ventas por 12 mil 216 millones de pesos y utilidades 50% superiores al año anterior. Maseca controla 70% del mercado de harina de maíz en México, 80% de Centroamérica y 34% de Venezuela. También se han beneficiado los importadores de granos (maíz y sorgo, sobre todo) para producir leche y carne, entre ellos el Grupo Bachoco, beneficiado con la importación de maíz amarillo transgénico y de sorgo para la producción avícola, sin pagar aranceles. Bachoco es el principal productor de huevo y pollo. Sus ventas en 2001 fueron por más de nueve mil millones de pesos.

Entre los exportadores de frutas se destacan Chiquita y Del Monte. Pilgrims Pride tiene ventas anuales de US$270 millones . Cargill, la mayor comer­cializadora de granos del mundo, sigue a la vanguardia en ventas. Dupont vendió US$515 millones en el primer semestre de 2002.

Cargill y Conagra no solo han exportado granos a México, ahora podrán exportar todo tipo de animales procesados. En EU cuatro empresas controlan 50% del mercado de cerdo: Smithfield, Tyson (IBP Inc.), Conagra (Swift) y Cargill (Excel). Tyson Foods, Gold Kist, Pilgrim’s Pride y ConAgra controlan 50% del comercio de aves rostizadas. Y cuatro controlan 79% del empaque de res: Tyson (IBP Inc.), Conagra Beef Companies, Cargill (Excel Corporation), Farmland National Beef Pkg. Co. (Ana de Ita). ¿Podrán competir nuestros productores?

Otras empresas transnacionales favorecidas con el TLC son Sigma, Campbell Soup, PepsiCo, Kraft Foods, Raltson, Purina, Nestle, General Mils, Monsanto, Expogranos, Femsa Coca Cola, Wal-Mart, Vecafisa-Volcafe, American Produce, Lee Shipely, entre otras.

Si con los Tratados de Libre Comercio Estados Unidos subyuga a otros países para controlar los alimentos, el ALCA es la expresión continental de esta subordinación hemisférica, como lo es la Organización Mundial del Comercio en beneficio de las grandes trasnacionales estadounidenses y europeas. Estos son los instrumentos con los que se obliga al Tercer Mundo a abrir sus mercados a los productos agropecuarios de los países desarrollados altamente subsidiados.

Está en juego la autonomía y soberanía de los países y de sus pueblos. Es por ello que esto se ha convertido en campo de batalla de la sociedad civil planetaria. Hoy, millones de ciudadanos llevan a cabo una consulta sobre el ALCA y otros millones se organizan para movilizarse en sus respectivos países o en Cancún, México, para la reunión ministerial de la OMC, del 10 al 14 de septiembre del 2003. Detener el ALCA y la OMC deben ser dos pilares fundamentales de la movilización social mundial. Pobres, medianos y hasta grandes productores agropecuarios tienen que hacer alianzas y entender que este proyecto arrasará con todos si no lo detenemos a tiempo.