El 13 y 14 de junio, en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, se realizó el Foro ALCA y TLC, el espejismo del libre comercio. El certamen reunió a prestigiosos economistas, políticos y líderes nacionales y extranjeros, así como a representantes de la Iglesia Católica, los gremios, sindicatos y varias ONG. El coordinador general fue Enrique Daza, director de Cedetrabajo y de la revista Deslinde. Entre los principales expositores estuvieron Alberto Arroyo, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana de México; Víctor Quintana, vocero del movimiento El Campo No Aguanta Más, de México; Cecilia Cherez, de la Acción Ecológica del Ecuador; Myrta Levy, secretaria ejecutiva de la Asociación Latinoamericana de Industrias Farmacéuticas; Raúl Fernández, profesor de la Universidad de California; Jorge Enrique Robledo, senador de Unidad Cívica y Agraria-MOIR; Amylkar Acosta, presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas; Eduardo Sarmiento Palacio, ex presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas; Emilio Sardi, vicepresidente de Tecnoquímicas y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Industrias Farmacéuticas; Ángel María Caballero, presidente de la Asociación por la Salvación Agropecuaria; Germán Holguín Zamorano, director de Misión Salud; Andrés Espinosa, consultor internacional; Fernando Barbieri, especialista en comercio internacional; Beethoven Herrera, profesor emérito de la Universidad Nacional; y Darío Restrepo, profesor de la misma Universidad.
Negociaciones a puerta cerrada
Emilio Sardi
Emilio Sardi es vicepresidente de Termoquímicas S.A. y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Industrias Farmacéuticas, Asinfar.
Por más de diez años prácticamente todos los acuerdos comerciales han sido suscritos tras negociaciones a puerta cerrada, en las que no ha participado efectivamente ni la sociedad civil ni los empresarios y sectores directamente perjudicados por ellos.
¡Ni qué hablar de las concesiones unilaterales! Iniciando la década pasada, Colombia hizo la desgravación más agresiva en Suramérica y bajó su nivel promedio de protección arancelaria de 83% a 7%, mientras que, por ejemplo, Argentina lo había bajado de 28% a 15%. Igual hizo con las barreras paraarancelarias. Argentina las había bajado de una cobertura del universo arancelario de 32% a 8%, Brasil de 35% a 10%. Colombia las redujo de 73% a 1%. ¡Todo esto a cambio de nada! Sólo para jugar a la globalización, sin un estudio previo sobre las posibles consecuencias de esos actos ni un control posterior de sus resultados.
Estados Unidos no negociará sus gigantescos subsidios agrícolas en el marco del Área de Libre Comercio de las Américas y mucho menos a nivel bilateral. Ante esta posición, Colombia tiene solo una opción: no debe negociar y comprometer la sostenibilidad de su agro, a cambio de la posibilidad teórica de acceso a unos mercados en los que ni siquiera sabe si podrá competir exitosamente.
(De la ponencia: Colombia frente al ALCA o al Tratado Bilateral con Estados Unidos, TLC).
Apertura, un fiasco
Eduardo Sarmiento Palacio
Eduardo Sarmiento Palacio, ex presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas.
Luego de más de una década de apertura económica estamos ante un monumental fiasco. En los últimos 13 años el valor agregado de las exportaciones creció por debajo del producto nacional. La pérdida del mercado interno ocasionada por la entrada de importaciones no tuvo mayor compensación por el lado de las ventas externas, y le propinó una herida de muerte al sistema. La economía perdió la tercera parte del área agrícola y la cuarta parte del empleo industrial, quedó expuesta a un déficit en cuenta corriente que llevó a un endeudamiento insostenible, y el producto nacional dejó de crecer.
Es necesario reconocer que el país no va a progresar especializándose en productos tropicales y en el ensamble industrial e intercambiándolos en los mercados internacionales por bienes complejos. Hay que entrar en razón y aceptar que el desarrollo lo tenemos que realizar con nuestras propias empresas y trabajadores. No se trata de volver a la vieja industrialización, fundamentada exclusivamente en la protección que se torna insostenible. Se plantea, más bien, una industrialización basada en grandes inversiones en áreas críticas, la copia tecnológica y la conversión de la mano de obra calificada en el aprendizaje en el oficio.
(De la ponencia: Incidencia del ALCA en Colombia).
La propiedad intelectual como arma de control
Myrta Levi
Myrta Levi es secretaria ejecutiva de la Asociación Latinoamericana
¿Qué problema tienen estos acuerdos de libre comercio? Que no protegen la propiedad intelectual como una herramienta de desarrollo, de política industrial para nuestros países. Simplemente la utilizan como herramienta de control y, en lo posible, de eliminación de la competencia. No son instrumentos que favorezcan el desarrollo ni la industrialización sino que, por el contrario, pretenden eliminar toda clase de competencia y eliminar, en consecuencia, todo tipo posible de transferencia tecnológica.
(De la ponencia: El ALCA y la propiedad intelectual).
Crecimiento con TLC en México: 0,25
Alberto Arroyo Picard
Alberto Arroyo es maestro en sociología de la Universidad Autónoma de México. Miembro del equipo coordinador de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, RMALC.
El hecho es que la tasa promedio de crecimiento del PIB, es decir, de la producción nacional por habitante, fue de 0,94% durante el periodo del TLC, es decir, no creció. Si analizamos todo el periodo neoliberal de apertura, que en México tiene veinte años, la tasa media de crecimiento de la economía fue 0,25; la economía sólo creció un cuarto de punto porcentual. Veinte años de esta estrategia y ocho en que se volvió ley supranacional, han dado por resultado un exiguo crecimiento de 6% de la economía en 20 años.
(De la ponencia: La inversión extranjera en los tratados de libre comercio).
Alca y universidad pública
Gonzalo Arango J.
Profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira, vicepresidente de la Federación Nacional de Profesores Universitarios.
El mayor exportador de servicios educativos en el mundo es Estados Unidos, US$ 10.280 millones en 2000. Se explica entonces que los monopolios del aprendizaje norteamericano manden el zarpazo para primero apropiarse de lo que denominan el ‘mercado educativo’, o sea, los estudiantes matriculados en instituciones de educación superior de origen nacional, y segundo eliminar la competencia, aniquilándolas. De todo este negocio le quedaría a Colombia el exterminio de su sistema de educación pública, contenidos y líneas de investigación –si existen–, un país educándose para ser mano de obra barata ocupada en las maquilas, una mayor dependencia tecnológica, un mayor atraso económico y las peores condiciones sociales de vida.
(De la ponencia: La ALCAlización de la educación superior es la muerte de la universidad pública).
ALCA, anexión de América Latina a EU
Raúl Fernández
PhD, profesor de la Universidad de California.
Para Estados Unidos la época fácil de la liberalización ha pasado. Lo que era fácil de privatizar ya se privatizó. Se acabó la época de los grandes flujos de capitales que iban y venían. Los milagros económicos de países como México o Malasia, se acabaron.
A largo plazo, el despliegue norteamericano es muy diciente. En los últimos seis años ha construido nuevas bases militares en Turkmenistán, Tayikistán, Afganistán, Quatar, Arabia Saudita, Kuwait, Kosovo, Filipinas, Rumania, Polonia, Bulgaria y África Occidental; la lista es larga. Casi todas se establecen en zonas estratégicas de extracción y transporte de hidrocarburos o sirven para rodear militarmente a posibles contrincantes económicos.
El ALCA forma parte de ese conjunto global de políticas económicas llevadas a cabo por parte de Estados Unidos en su afán por profundizar su imperio.
La agricultura más protegida del mundo es la estadounidense, y este año se ha aumentado la protección a través de la llamada ley agrícola. EU consume la mayor parte de todo lo que produce su agricultura. Es el mercado interno agrícola más grande del mundo. Pero también es el productor de los mayores excedentes: de cada tres hectáreas cultivadas, una es para la exportación. El ALCA es el complemento de la política exterior e interna de protección agrícola que tiene Estados Unidos. ALCA es la extensión y profundización del TLCAN a todo el continente. ALCA es exprimir la última gota en aras de sacar a Europa o a cualquier otra potencia de la zona para consolidar la posición económica global de EU. ALCA será la anexión económica de América Latina a Estados Unidos.
(De la ponencia: Significado del ALCA en la política exterior norteamericana).
Otra América Latina es posible
Víctor Quintana
Vocero oficial del Movimiento El Campo No Aguanta Más.
El combate que El Campo no Aguanta Más dio en México es el combate que están dando ustedes aquí, compañeros. Es el combate de Salvación Agropecuaria para rescatar nuestra alimentación, para rescatar la vida digna en el campo. Estamos en pie de lucha, pero no únicamente los campesinos y las campesinas mexicanas. Creo que no es sólo el campo mexicano el que no aguanta más; nuestro continente ya no aguanta más neoliberalismo; ya no aguanta más devastación de los recursos naturales; ya no aguanta más despojo de la mano de obra; no aguanta más maquilas; no aguanta más comida chatarra. Nuestro continente tiene una agricultura, una industria, una cultura propias. Este continente hermoso que se llama América Latina, no aguanta más, porque otra América Latina sí es posible.
(De la ponencia: El campo no aguanta más).
La salud, gravemente afectada por el ALCA
Germán Holguín Zamorano
El doctor Holguín es director general de la Fundación Misión Salud.
El ALCA, en el marco de referencia de la agenda norteamericana, es altamente perjudicial para la economía nacional y constituye una grave amenaza para el acceso a medicamentos, la salud pública y el bienestar de la población.
La salud es uno de los derechos más afectados por esta estrategia norteamericana, pues la protección a ultranza de la propiedad intelectual que se ven obligados a otorgar los países en desarrollo acaba con la producción nacional de medicamentos de marca y genéricos de bajo precio, dejando a la mayor parte de la población sin acceso a estos bienes esenciales, lo cual, teniendo en cuenta la finalidad de estos productos, es lo más injusto y recesivo que se pueda concebir.
Invito a todos ustedes a unirnos en un plan de movilización ciudadana que asuma el compromiso, haciendo causa común con los países latinoamericanos, de evitarle esta tragedia a Colombia. De lo contrario el 1º de enero de 2006 despertaremos anexados a los intereses económicos del Norte.
(De la ponencia: ALCA y TLC: los verdaderos efectos sobre el acceso a la salud).
El ALCA, de doble vía
Amylkar Acosta Medina
Presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas, ex ministro de Estado y ex senador de la República.
El ALCA es de doble vía, es decir, que de la misma manera que los demás socios de aventura abren sus mercados, a nosotros también nos corresponde hacer lo propio en una lucha feral de todos contra todos por capturar la demanda ampliada y allí, desde luego, el pez grande termina engulléndose al pez chico, inexorablemente. Dejemos de pensar con el deseo, pues como lo dejó bien en claro recientemente Condoleezza Rice, consejera de Seguridad del gobierno de Bush, ‘Estados Unidos deben partir del suelo firme de sus intereses nacionales y olvidarse de los intereses de una comunidad internacional ilusoria’.
En el trasfondo del ALCA se ve un marcado interés para que nuestras economías se comporten simple y llanamente como satélites de la economía de la gran metrópoli, convertida en la locomotora de este proceso y nuestros países en furgón de cola.
La mayor liberalización de nuestro comercio trae aparejada la profundización de las llamadas reformas estructurales: las reformas laboral, del régimen pensional, el ajuste fiscal, en fin, hay que seguir todas las estipulaciones del FMI, entre ellas las de seguir la trilla del ALCA, como también lo exige el Atpdea.
(De: ¿ALCA…QUÉ? Del proteccionismo al protectorado)