OBSERVATORIO PARLAMENTARIO AL TLC Y EL ALCA

Por decisión propia, los senadores Camilo Sánchez, Habib Merheg, Luis Humberto Gómez Gallo y Jorge Enrique Robledo constituyeron el Observatorio Parlamentario al TLC y al Alca, que propone hacer el seguimiento a todo el proceso de negociaciones del gobierno colombiano con el de Estados Unidos en lo que respecta al libre comercio. Hasta el momento y dentro de las actividades programadas, se han realizado un taller para periodistas, los nutridos Foros del 9 de marzo en Bogotá, en el recinto del Senado, y del 22 de abril en el auditorio de Empresas Públicas de Medellín, con la participación en ambos casos de importantes representantes nacionales y regionales de la política, la economía,la academia y los gremios, además de los parlamentarios del Observatorio. Están programados también foros para Cartagena y Barranquilla (19 y 20 de mayo), Cali, en junio y Pereira en julio. En esta páginas prsentamos los principales apartes de algunas de las intervenciones del Foro que tuvo lugar en Bogotá el 9 de marzo.


Senador Habib Merheg

En el Senado debe decidirse sobre TLC

No podemos negociar el TLC como nos lo quieren imponer. Por nuestra parte, y se lo garantizo, ministro, los senadores no vamos a tragar entero. Será en este recinto donde debe decidirse la suerte finaldel TLC, pues constitucionalmente tenemos la potestad de aprobarlo en su integridad o de no aprobarlo. En mi caso particular, no voy a permitir que se someta a Colombia a una esclavitud de toda la vida con unos acuerdos internacionales que no le convienen.

Después de oír las inquietudes expresadas en este foro, preguntamos: ¿Cuál es el plan de desarrollo, ministro, frente al TLC? ¿Cuál es el criterio del gobierno frente al TLC? Yo lo he buscado por doquier y no lo he podido encontrar. Lo único son unas posiciones de Planeación Nacional y de Fedesarrollo en contravía de los hermosos resultados que el ministro predice. Y los argumentos de un buen número de organizaciones económicas que afirman que esto del TLC es como un túnel sin salida (…)

Al país se le acaba el tiempo. Ya no más demagogia. Los gremios deben ser más concretos, menos acomodados a los intereses del gobierno y más a los suyos propios, pues los tienen que hacer valer. Los de la industria y los de los servicios son los intereses de todos los colombianos. Esperamos verlos con una actitud mucho más combativa en todo este proceso, porque ahí se les va la vida.

¿Estamos en capacidad de lograr un buen acuerdo?¿Acaso los diez últimos años, durante los cuales hemos gozado de preferencias arancelarias en Estados Unidos, nos han traído el desarrollo? De ninguna manera. Seguimos con los mismos niveles de 10 mil millones de dólares exportados, al igual que hace diez años. Quizá haya cambiado el componente interno, pero la pregunta es: ¿Sí estamos vinculados a la realidad nacional como para entender que hay un problema de infraestructura que no se borra de un plumazo? Pido que se revise nuestra capacidad, si el país cuenta con suficiente infraestructura de vías, financiera, tecnológica, industrial y educativa (…) Porque a lo que nos veremos abocados es a una guerra de comercio y no a un diálogo con la madre Teresa. Presidente, ministro, la responsabilidad recaerá sobre sus hombros.

Senador Camilo Sánchez

Congreso no está a la venta

Desde el principio se le ha visto a este gobierno la improvisación en lo del TLC. No hace mucho le decíamos, doctor Botero, y al ministro de Agricultura, que no se compadece que el Plan Nacional de Desarrollo solo le dedique una hoja al TLC, el programa más importante que va a tener Colombia en su bitácora. Esto nos pone a pensar que no va por el mejor camino (…) Porque no tenemos más oportunidades. Ya vivimos lo que hizo el doctor Hommes, y su mano invisible, que sigue más presente que nunca. Hoy es el hombre tras bambalinas, aunque no cobre, porque si nos preocupan quienes cobran, más los que no lo hacen (…)

Pregonamos que vamos a pelear por los subsidios, pero la realidad muestra que los estamos acabando sin haber empezado la negociación (…) Los regalamos de antemano y seguimos aduciendo que negociaremos de igual a igual, cuando no tenemos capacidad económica para entrar en esa competencia desleal. Estados Unidos advirtió que no le quitará los subsidios a su sector agropecuario y que el tema ni siquiera entrará en las negociaciones. Quisiera verlo, señor ministro, pararse firme y espetarles: señores, eso no puede ser así, no negociamos en esas condiciones. Y quiero verlo cuando les diga a los negociadores norteamericanos: me niego a aceptar que el plazo para la firma del tratado sea el año 2005. Ese es otro de los errores, pues cuando uno se sienta a negociar y de antemano acepta un plazo límite, queda todo bastante complicado (…)

En este Observatorio invitaremos a expertos de México y de Chile, pero no a los que vinieron hace unos días a presentar recomendaciones, como que no pongan plazos, que hagamos lo del cuarto de al lado, sino a otros más vinculados con la cruda realidad. En México, los salarios reales disminuyeron y el empleo cayó. Lo cierto es que aumentar las exportaciones no significa necesariamente crecimiento económico. Pueden multiplicarse por veinte, como lo hicieron los mexicanos, y aun así mostrar un crecimiento irrisorio. Ahí están las cifras. ¿Quiénes ganaron? Las trasnacionales. Son las que se quedan con la plata.

El Congreso no está a la venta, ni arrodillado, y se dispone a hacer lo mejor para Colombia.

Senador Luis Humberto Gómez G.

TLC y Alca, el gran tema del país

En el Observatorio nos reunimos senadores de distintos matices ideológicos para escuchar voceros de los distintos sectores afectados por el desarrollo de los acuerdos de libre comercio. Los congresistas, como bien lo señala el doctor Emilio Sardi, nos aprestamos a ejercer el control político que nos corresponde. No es el primer debate que se hace, pues desde agosto del año pasado se fijaron unos criterios que quiero resumirles. Recuerde usted, señor ministro, que yo le dije en el Senado que no la va a tener fácil con el Congreso, pues estamos resueltos a hacer valer las facultades que la Constitución Política le otorga al Congreso. entre ellas la de aprobar o desaprobar los tratados internacionales, en este caso sobre las relaciones comerciales (…)

La suerte del tratado de libre comercio va a depender de cómo y en qué términos se haga la negociación. Como lo reclamaba hoy el representante de Salvación Agropecuaria, Ángel María Caballero, el país necesita saber cuáles sectores van a salir favorecidos y quiénes son los damnificados. Si hay sectores que van a entrar en crisis, que se diga con toda claridad. Necesitamos saber cuáles son esos sectores, cuáles las ventajas y las desventajas, cuáles las potencialidades. Todo esto es necesario saberlo para poder definir la estrategia, no solo frente a la negociación, sino también frente a la reconversión (…)

Este grupo de senadores que nos hemos constituido en Observatorio tenemos claro que el libre comercio es el gran tema para el país y para el Congreso en las próximas legislaturas (…)

Queremos saber quiénes van a negociar en nombre de todos los colombianos. Si de verdad están ahí los hombres y mujeres más capaces para ese tipo de negociación, en fin, creo que todas esas cosas deben quedar muy claras.

El Congreso no puede ejercer en este momento el control político sobre algo que todavía no existe, pues las negociaciones apenas se van a iniciar. Pero toda la información que podamos recibir por parte de cada uno de los sectores que ven comprometido su futuro será fundamental para trazar una estrategia que al país le convenga.

Ángel M. Caballero, Salvación Agropecuaria

Apertura, causa de la década perdida de los 90

No estamos de acuerdo en negociar y firmar el TLC o el ALCA. Con tales procedimientos perdimos el trigo en la década de los 60; luego la cebada, y en los 90 el maíz, el algodón, el sorgo y la soya (…) Quedamos sometidos en tierra caliente al monocultivo del arroz. De esos seis productos se importan casi cuatro millones de toneladas al año, que se pueden producir en Colombia (…)

Para los ingenuos que creen en la reconversión, que nos digan de dónde van a salir los recursos, si sobre los productos anteriormente mencionados no hubo ninguna reconversión, ni la indemnización para los agricultores que los cultivaban, y que vieron desaparecer la base de su sustento y sus ilusiones mismas (…) Nadie negocia sin saber lo que va a ganar o a perder, y menos, poniendo en peligro el empleo de 4 millones de colombianos del sector rural y la paz del país. No se deben arriesgar las pocas empresas del sector industrial o manufacturero que subsistieron con gran esfuerzo después de la década perdida de los 90.

Con la apertura de Gaviria y Hommes nos dijeron que íbamos a llenar el mundo de productos made in Colombia, y que seríamos más competitivos, y ahí están las cifras de áreas y empleos perdidos. (…)

Debemos movilizar la nación entera en defensa de nuestra producción, nuestro mercado interno, nuestros agricultores e industriales y defender a capa y espada la soberanía nacional.

Amylkar D. Acosta Medina

Estamos dejando lo cierto por lo dudoso

El gobierno ha seguido una política errática. Da la impresión de que no sabe para dónde va. La constante ha sido la imprevisión y la improvisación. Cada funcionario tiene su propio libreto. Los funcionarios se contradicen entre sí, cada quien jala para su lado. Son frecuentes los altercados entre unos y otros y las desautorizaciones (…)

La posición sumisa de la representación de Colombia, le ha hecho perder respeto y confianza por parte de nuestros amigos y aliados. El gobierno colombiano se comporta como satélite, que se mueve en la órbita de la política exterior de Estados Unidos, con una actitud genuflexa. Muchos de quienes representan al Estado colombiano, actúan como si fueran peleles de Estados Unidos Hemos terminado convertidos en la mascota de ellos (…)

Al país no se lo puede estar embaucando con este manejo goebeliano de la información, la cual es objeto de constante manipulación. El país tiene que conocer cuál es el otro lado de la moneda, pues de eso tan bueno, como dice el bugueño, no dan tanto (…) Con el embeleco del ALCA-TLC, le hemos terminado dando la espalda a nuestros socios y vecinos, dejando lo cierto por lo dudoso.

Del gobierno de Washington se puede decir, como en la cátedra de Moisés, cuando se sentaban los letrados y fariseos, según San Mateo: «Haced y cumplid lo que os digan. Pero, no hagais lo que hacen, por que ellos no hacen lo que dicen».

Emilio Sardi

Allá no van a dar almuerzo gratis

Moderemos las exageraciones sobre los beneficios del Atpdea. Es cierto que las exportaciones de textiles y confecciones a Estados Unidos aumentaron US $147 millones en 2003. Como las importaciones de esos rubros crecieron US $44 millones, la mejora neta fue apenas de US $103 millones, 0,8% de nuestras exportaciones totales. Lo cierto es que el beneficio arancelario real del Atpdea para Colombia no excede US $60 millones al año, en total.

Simultáneamente incrementamos las importaciones de otros rubros. Química básica, que incluye farmacéuticos y agroquímicos, pasó de US $978 millones a US $1.182 millones. Su déficit, incluyendo exportaciones, creció en US $251 millones, más del doble de lo generado por textiles y confecciones. Mucho cacarea el Ministerio acerca del Atpdea, pero allá no dan almuerzo gratis.

Lo cierto es que las ventajas del Atpdea son más retóricas que reales. Sobre el ALCA y el TLC Planeación Nacional explica este hecho así: «1) Colombia no produce muchos de los productos beneficiados por las preferencias o no hay beneficios para productos que actualmente exporta…; 2) existen países que producen más barato y de forma más competitiva algunos productos, aun teniendo en cuenta las preferencias; y 3) hay otro tipo de restricciones que impiden el libre acceso a las mercancías». No hay ningún estudio serio que muestre que no sucederá lo mismo con el TLC o el ALCA. Chistosamente, concluye «que un acuerdo bilateral con Estados Unidos genera mejores resultados en términos de bienestar, competitividad y creación de valor agregado». Todo porque estima una mejora teórica en el bienestar de 0,79%. Una mejora en el bienestar inferior al 1% no es significante (…)

La simulación arroja que el TLC aumentará perpetuamente nuestro déficit comercial, ya que incrementará mucho más las importaciones que las exportaciones, lo cuál no es viable ni siquiera a mediano plazo. Y también precisa que con el TLC los ingresos tributarios caerán en US $591 millones, lo que añadirá $1,7 billones a nuestro abultado déficit fiscal.

Y muestra algo aún peor: Solamente dos sectores productivos crecerán con el TLC, y todos los demás caerán. No es justo, ni democrático, causar un daño tan generalizado solamente para beneficio de una minoría excluyente. No hay argumentos para favorecer a tan pocos a cambio de un daño tan evidente para tantos. Con el estribillo de que «algunos deben sacrificarse», funcionarios gubernamentales ignoran que los damnificados serán la mayoría. Para beneficiar a unos pocos, se generará un nuevo tipo de desplazados: los desplazados del TLC. Las implicaciones éticas son aterradoras (…)

La excesiva protección de unos derechos de propiedad intelectual arbitrariamente amplios no se limita a lo farmacéutico. Desde los agricultores hasta los fabricantes de autopartes, desde los farmacéuticos hasta los metalúrgicos, todos los sectores pueden verse afectados por nuevas normas en propiedad intelectual. Y lo mismo pasa con todos los otros capítulos del TLC.

Carlos Rodríguez

Que el gobierno no suscriba el TLC

(En el Foro del 9 de marzo que se llevó a cabo en Bogotá, el compañero Carlos Rodríguez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, entregó a los parlamentarios del Observatorio del Congreso al ALCA y el TLC una importante declaración con la firma de más de 400 organizaciones contra esos tratados).

Doctores

Habib Merheg

Jorge Enrique Robledo

Camilo Sánchez

Luis Humberto Gómez

Senadores de la República

El pasado 21 de noviembre nos reunimos en Bogotá 1.500 representantes de más de 200 organizaciones sociales, sindicales, femeninas, no gubernamentales, culturales, profesionales y otras y examinamos las implicaciones que la suscripción del ALCA o un tratado bilateral de libre comercio tendrían para la sociedad colombiana. Dicha asamblea emitió un pronunciamiento que señala que los tratados de libre comercio obedecen a decisiones políticas adoptadas por los círculos gobernantes y están siendo presionadas por Estados Unidos, país que, utilizando su poderío económico y militar– impone sus condiciones.

La declaración añade que existen otros caminos para fortalecer y diversificar los vínculos comerciales y económicos entre los países, y la ampliación de nuestros mercados internos, de manera que en lugar de una relación de supeditación a la política y la economía estadounidenses se logre una verdadera integración de América Latina con la economía mundial que cuente con la participación de los sectores populares y productivos y preserve la unidad latinoamericana.

La declaración señala que «teniendo en cuenta los enormes daños que estos tratados implicarán para toda la nación, consideramos que el gobierno colombiano no debe suscribir el ALCA ni el acuerdo bilateral con los Estados Unidos».

La Central Unitaria de Trabajadores, las demás centrales sindicales, la Gran coalición democrática contra el referendo y diversos sectores políticos y gremiales, hemos venido trabajando en el esclarecimiento de este tema conjuntamente con la Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el Comité Colombia de lucha contra el ALCA. Queremos aprovechar este importante Foro para solicitar al Observatorio del Congreso al ALCA y al TLC con Estados Unidos, que entregue a la mesa directiva del Senado de la República y al gobierno nacional esta declaración que ha sido suscrita por más de 400 organizaciones que representan a varios millones de colombianos.