Una prueba más del engaño al pueblo y de la traición a la nación colombiana ha dado el Gobierno de Misael Pastrana con el caso de la COLPET. En lugar de exigir el cumplimiento de las normas estipuladas en el contrato de concesión y de hacer respetar los derechos de los trabajadores, el Gobierno resolvió indemnizar a la COLPET en cerca de 50.000 dólares mediante la compra de acciones de la Compañía y exonerarla de las obligaciones contraídas con el país.
LA COLPET INCUMPLE Y PERSIGUE A LOS OBREROS
Como parte de la política de control y saqueo del imperialismo yanqui sobre los recursos naturales de Colombia, la Colombian Petroleum Company (COLPET) recibió en 1931, por intermedio del llamado contrato Chaux-Folsom, la concesión Barco para que la explotara durante 50 años. Después de extraer petróleo durante cuatro décadas y de agotar prácticamente los pozos, la COLPET ha comenzado a desmantelar los campos cuyas maquinarias e instalaciones deberían revertir al Estado, burlando en esa forma los compromisos contraídos. Además de esto, la COLPET viene aplicando desde hace tiempos una política de persecución a los obreros, produciendo despidos masivos y estableciendo el sistema de contratistas, a través del cual se le niegan los derechos de organización, contratación colectiva y demás prestaciones legales y convencionales a los trabajadores contratados. Finalmente la Empresa petrolera norteamericana redujo la producción por debajo de lo estipulado, creando problemas de abastecimiento en la región oriental del país y violando flagrantemente el contrato de la concesión.
EL PUEBLO EXIGE LA NACIONALIZACIÓN DEL PETRÓLEO
Frente a todos los atropellos y arbitrariedades enumerados, los obreros del Sindicato del Catatumbo (SIDELCA) han realizado muchos movimientos de protesta y se han visto obligados, para defender sus derechos, a ir a paros de resonancia nacional logrando hacer conocer de la opinión pública la grave situación producida por la COLPET. Igualmente, bajo la dirección de SIDELCA, el pueblo de Cúcuta efectuó un gran paro cívico y exigió la nacionalización del petróleo y le reclamó al Gobierno perentoriamente que haga respetar los intereses y derechos de la nación frente a los explotadores extranjeros.
ECOPETROL DE ACCIONISTA
El Gobierno se comprometió públicamente en que obligaría a la COLPET a cumplir con el contrato y en que, de lo contrario, la concesión revertiría a manos del Estado. Sin embargo, el país fue sorprendido con la noticia de que ECOPETROL compraba el 49% de las acciones de la COLPET, y así exoneraba a ésta de sus obligaciones tanto con los trabajadores como con la nación. Esta es una prueba concreta de cómo funciona el sistema de las empresas mixtas con capital nacional y extranjero, en las cuales el Gobierno corre con los principales riesgos y costos a favor de los inversionistas extranjeros que se llevan la riqueza y el trabajo de los colombianos.
El país entero protesta por las maniobras antinacionales en el caso de la COLPET y levanta en alto la bandera de la defensa de los recursos naturales y por la nacionalización de todos los monopolios extranjeros y nacionales.