GRAN PLENO REVOLUCIONARIO DEL BLOQUE DE ANTIOQUÍA

Durante los días 7 y 8 de agosto se efectuó en Medellín el Gran Pleno Revolucionario del Bloque Sindical Independiente de Antioquía. Se hicieron presentes las federaciones sindicales integrantes del Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario MOIR, como el Frente Sindical Autónomo del Valle, el Bloque Sindical Independiente de Santander y demás organizaciones sindicales independientes y revolucionarias de Bogotá, Tolima, Nariño, Popayán, Meta, Caldas y la Costa. Estaban allí, asimismo, delegaciones de la Juventud Patriótica (JUPA), intelectuales y artistas revolucionarios. Es de destacar especialmente la numerosa delegación de campesinos, cuya presencia constituyó uno de los aspectos más destacados del evento.

El salón estaba presidido por las efigies de los grandes maestros del proletariado mundial, Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, junto a un inmenso letrero que decía: «¡Viva el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung!».

La gran reunión de masas tenía como objetivos centrales la discusión y el debate amplios sobre los problemas claves de la revolución colombiana y de la clase obrera; la consolidación de los principios proletarios del bloque y la elección de su nuevo Comité Ejecutivo.

El pleno escuchó primeramente los informes de los compañeros representantes de los diferentes frentes y organizaciones de masas, en los que resaltaba el auge de la lucha que sostiene la clase obrera al frente del pueblo contra los más feroces enemigos de la nación: el imperialismo yanqui y sus agentes criollos, la gran burguesía y los grandes terratenientes. Igualmente, se destacó la batalla que adelantan las organizaciones de masas de la clase obrera por extirpar de su seno a todas las tendencias oportunistas de derecha y de «izquierda», que han venido impidiendo que la clase obrera haga valer sus derechos y asuma el papel histórico que le corresponde.

Especialmente importante fue la decidida defensa que hizo el Gran Pleno de la consigna del Paro Nacional Patriótico, lanzada por el MOIR en enero de 1970. Se señaló que la significación fundamental del Paro Nacional Patriótico la constituía el hecho de que importantísimos sectores del proletariado habían dado un ejemplo heroico a todo el pueblo, habían demostrado en la práctica el «atreverse a luchar» y habían indicado palmariamente a las masas el camino a recorrer en el grandioso proceso de la liberación nacional. Se puntualizó, además, la necesidad de continuar combatiendo contra el sistemático recorte de los derechos democráticos de la clase obrera, tales como los de organización, movilización, expresión y huelga, proceso que se agudiza cada vez más por parte del gobierno títere. Se destacó que para la unificación de los obreros colombianos, es preciso fortalecer el MOIR con miras a la creación de una central única, independiente y revolucionaria. Pero se aclaró que el éxito de este objetivo depende fundamentalmente de la derrota de la influencia patronal en el seno de la clase obrera, representada por las direcciones traidoras de UTC, CTC Y CSTC.

El Pleno discutió aspectos centrales de la revolución, como los de la caracterización de la sociedad, las tareas y blancos de la revolución; la historia del proletariado colombiano y de sus luchas principales; la sintetización de las experiencias más importantes del MOIR; la situación política actual, etc.

Se profundizó y reafirmó el carácter democrático de nuevo tipo – de nueva democracia – de la revolución colombiana en su actual etapa, y como paso previo y necesario para la construcción del socialismo en nuestro país y la realización del comunismo. Para adelantar esta gigantesca tarea, se agregó, el proletariado construirá su partido marxista-leninista, capaz de convertirse en el estado mayor de la revolución.

Se hizo énfasis en la urgencia de desenmascarar toda la política contrarrevolucionaria del grupo dirigente del Partido Comunista revisionista de Colombia, en su papel de agente de los renegados socialimperialistas soviéticos. Esta siniestra política intenta pasar de contrabando soluciones oportunistas a la crisis de nuestro país, especialmente con la llamada «vía chilena», del seudorrevolucionario Allende. Este tipo de baratijas, así como su apoyo a políticas del imperialismo, como la del Pacto Andino, forma parte de toda una estrategia que en esencia está destinada a combatir el incontenible avance revolucionario de las masas populares.

El Gran Pleno saludó alborozadamente la heroica batalla de la juventud colombiana por una universidad nacional, científica y de masas; el auge de las luchas campesinas por una auténtica revolución agraria y, en general, el crecimiento del combate popular contra el imperialismo y sus lacayos.

El Pleno expresó su reconocimiento y firme respaldo al papel desempeñado por el camarada Francisco Mosquera en el proceso de construcción del MOIR, así como sus aportes en la tarea de creación del partido marxista-leninista del proletariado colombiano.

La presencia del nuevo arte revolucionario se hizo efectiva con la presentación de la obra «La Madre», de Bertolt Brecht, por la brigada de Teatro de los Trabajadores del Arte Revolucionario de Antioquía, que se constituyó en demostración viva de cómo los artistas revolucionarios están avanzando por el camino de integrarse con las masas y la revolución.

Con la moral y el optimismo revolucionarios, muy en alto, los asistentes retornaron a sus frentes de trabajo a seguir sirviendo al pueblo, a seguir batallando por la liberación nacional.